Imagen del lugar donde se instalará la planta fotovoltaica en Santa Maria. | CAIB

TW
0

Un tercio de la energía consumida por los trenes de SFM será, a partir de 2023, de origen renovable y local, gracias a una nueva planta fotovoltaica que el ente instalará en un solar de Santa Maria. Esta infraestructura no solo deberá reducir en 3.300 toneladas anuales las emisiones de CO₂, también supondrá una reducción de la factura eléctrica de 1,2 millones de euros anuales. Durante una visita al solar en el que se ubicará el parque, la presidenta del Govern, Francina Armengol, acompañada del conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí, ha reivindicado que se apueste por «medidas valientes, comprometidas, pioneras» y que sigan «los criterios de la ley de cambio climático» para «dejar un mundo mejor a nuestros hijos y para diversificar la economía desde sectores económicos como el de las energías limpias».

Armengol también ha celebrado los hitos que en materia de transición energética se han logrado en las Balears en los últimos años, siendo el primer territorio estatal y del sur de Europa en producir hidrógeno verde, aumentando considerablemente las ayudas al autoconsumo, «haciendo que ahora una de cada cuatro placas solares instaladas en las Islas sea de autoconsumo», impulsando el Instituto Balear de la Energía o elaborando un plan de autoconsumo para la Administración autonómica al cual, ahora, «SFM se avanza en una apuesta firme por la transición energética justa». La instalación, cofinanciada al 60 % con fondos FEDER, tiene un presupuesto base de la licitación de 3.940.177,51 euros (IVA excluido), al cual hay que sumar el importe de las expropiaciones previstas, que es de 460.000 euros. El parque solar ocupará una superficie de 33.463 m² y tendrá una potencia de 3,350 MW, lo cual supone una producción estimada de aproximadamente 6.400.000 kWh/año.

La planta fotovoltaica de SFM podría dar electricidad a 1.416 hogares. Las obras del parque fotovoltaico estarán adjudicadas durante el verano y tienen un plazo de ejecución de cuatro meses, motivo por el cual estarán finalizadas antes de que acabe el año. Los paneles se montarán sobre estructuras ancladas al suelo mediante unos caracoles de fundamentación que se enroscan al terreno y a los cuales se fija la estructura. Este sistema reduce los altos costes y plazos generados con los cimientos de hormigón. Del mismo modo, el impacto ambiental es mucho menor, dado que no queda hormigón enterrado. De este modo, el parque fotovoltaico se podría desmontar en un futuro sin dejar huella. Además, la instalación dispondrá de un sistema de monitorización para llevar el control de la operación y hacer el seguimiento del funcionamiento de la planta.

El sistema de monitorización y seguimiento previsto permite visualizar remotamente a través de Internet la producción instantánea, el rendimiento de todos los convertidores de la planta, las variables meteorológicas, así como el registro de datos y parámetros de funcionamiento para evaluar con precisión el funcionamiento de la instalación. La vida útil de la instalación se estima en 25 años y, en caso de que pasado este tiempo no se lleve a cabo una reposición del parque, se procederá al desmantelamiento y a la retirada de todos los equipos. A la visita de hoy han asistido, además de la presidenta y el conseller, el director general de Movilidad y Transporte Terrestre, Jaume Mateu; el gerente de SFM, Mateu Capellà, y el gerente del Consorcio de Transportes de Mallorca, Maarten van Bemmelen.