La irrupción de la aerolínea de bajo coste Flyr va a ser clave para la conectividad con los países nórdicos.

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El mercado nórdico –que siempre se ha movido muy en bloque– ya experimentó un fuerte descenso antes de la pandemia (de más del 20 % entre 2017 y 2019) motivado, entre otros factores, por la reestructuración interna de Norwegian Airlines y por la devaluación de sus monedas (las coronas sueca, danesa y noruega), que le llevó a decantarse por destinos más baratos como Túnez, Egipto, Croacia o Turquía.

La evolución de la guerra, por la proximidad geográfica, va a condicionar el regreso exitoso de este mercado, el cual, por lo menos y si atendemos al volumen de las reservas, cuenta con las ganas de viajar de la población después de haberse superado la crisis sanitaria. Agentes públicos y privados de las Islas tampoco se han quedado quietos a esperar que el visitante nórdico –que ejemplifica el turista de calidad, culto y con poder adquisitivo, que se pretende captar– caiga del cielo solo. Una delegación público-privada de Mallorca viajó a principios de año a Oslo y Copenhague para desarrollar programas de promoción de la Isla como destino sostenible.

Noruega es el que ofrece mejores perspectivas para Baleares, con Mallorca manteniéndose como destino estrella del verano con mucha ventaja sobre sus destinos competidores (Canarias, Francia o Italia, principalmente). El conflicto en Ucrania no parece amenazar la temporada y el volumen de reservas permite anticipar cifras similares a las de 2019. La irrupción de la nueva aerolínea low cost Flyr, asimismo, va a ayudar mucho a la conectividad.

Un panorama algo diferente presentan los suecos, que como los daneses están padeciendo algo más la inflación y eso se nota en sus bolsillos. Además, la tensión que vive su sociedad por la guerra ha ralentizado el ritmo de reservas y de cara al verano podría imponerse el turismo doméstico como primera opción o incluso Alemania, que ha crecido y se perfila como principal destino competidor por el peso de Eurowings en el mercado sueco.

Dinamarca, que fue uno de los primeros países europeos en volver a la normalidad tras la pandemia, sufre la inflación más alta de las últimas décadas y eso puede socavar unas cifras que de todos modos se prevén mayores que las de 2019. Por último, Finlandia. Los turoperadores han ampliado las rutas a Palma y las ventas funcionan mejor de lo previsto, aunque se ha reducido la antelación de las reservas. Las cifras serán cercanas a las de 2019.