Vista exterior del hospital Son Espases. | CATI CLADERA

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Baleares ha contabilizado cerca de 1.000 fracturas anuales de cadera, que son las que suponen la mayor carga clínica, social y económica entre todos los tipos de fracturas osteoporóticas. «Sabemos que no son la totalidad de las que se han producido», ha señalado el jefe del Servicio de Medicina del Deporte del Consell de Mallorca y presidente de la Sociedad Balear de Metabolismo Óseo, Bartomeu Marí. Marí ha apuntado que estas lesiones son las contabilizadas en las Unidades de Coordinación de Fracturas, situadas en tres de los hospitales de la región, Son Espases, Son Llàtzer y el Hospital de Manacor, mientras que a nivel nacional existen 75 unidades de este tipo.

Actualmente, alrededor del 15 por ciento de la población de Baleares tiene más de 65 años y, por tanto, un mayor riesgo de padecer osteoporosis grave y su principal consecuencia, la fractura por fragilidad, de esta manera, se prevé que en los próximos diez años esta cifra se incremente hasta el 22 por ciento debido al envejecimiento paulatino de la población en las Islas.

Las Unidades de Coordinación de Fracturas son modelos de atención multidisciplinar donde participan todos los profesionales Involucrados en la atención de la osteoporosis y la fractura por fragilidad. La coordinadora de la Unidad de Fracturas del Hospital Son Espases, Magdalena Femenías, ha explicado que este tipo de modelos les asegura que puedan identificar, evaluar y tratar correctamente a «prácticamente todos los pacientes» que presentan una fractura por fragilidad. En este sentido, en esta Unidad se detectaron 492 fracturas por fragilidad a lo largo de 2019, de las cuales 338 fueron de cadera y el resto fueron en distintas localizaciones, y el 95 por ciento fueron intervenidas quirúrgicamente, con una estancia media en el hospital de 10,1 días.

La especialista en Medicina Interna y Directora Médica de Son Espases, Carmen Sanclemente, ha especificado que en cuanto al perfil del paciente, el 70,4 por ciento eran mujeres con una edad media de 80,2 años. Sanclemente señala que el gasto solo en este centro hospitalario, debido a la atención de estos pacientes, fue de 4,5 millones de euros, y que una «prevención adecuada» hubiera permitido invertir estos recursos sen otras necesidades. «Se ha podido comprobar que las Unidades de Coordinación de Fracturas han conseguido evitar nuevas fracturas y disminuir tanto la morbilidad como la mortalidad que conllevan», ha incidido Femenías, quien también ha añadido que esto repercute en una reducción de la carga asistencial y económica del sistema sanitario. Además, ha destacado que de esta manera consiguen identificar «casi todas las fracturas por fragilidad» del hospital, ya sea por la vía clínica de cadera o a través de consultas externas.

«Todavía cuesta concienciar a la población de la importancia e impacto de la osteoporosis, tanto a nivel de salud de las personas como de los sistemas de salud», ha lamentado Sanclemente, De esta manera, ha subrayado que las campañas de prevención primaria y secundaria son «muy importantes» para disminuir el impacto de la mortalidad en estos pacientes, así como evaluar sus patologías asociadas, cuya evolución puede agravarse si se produce una fractura. También ha recalcado la importancia del abordaje terapéutico, ya que es «necesaria» innovación terapéutica sobre todo en el caso de la osteoporosis severa.

Los pacientes que padecen enfermedades autoinmunes sistémicas como el lupus, o de origen inflamatorio articular como la artritis reumatoide tienen un riesgo mayor de sufrir osteoporosis que lapoblación general, así lo ha expresado el jefe del Servicio de Reumatología de del Hospital Son Llàtzer y presidente de la Societat de Reumatología de Baleares, Antonio Juan. «Hay que sumar todas las energías y hacer un abordaje multidisciplinar para lograr un diagnóstico precoz, actuar de manera preventiva para evitar nuevas fracturas, mejorar la atención al paciente, y ser rápidos y efectivos en el tratamiento», ha insistido Juan, que también ha resaltado que el panorama sigue siendo «incierto» y que queda «mucho trabajo» por hacer.