Víctor Pallejà, este miésoles en Palma. | JAVI RODRÍGUEZ

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El arabista, islamista y experto en sufismo Víctor Pallejà aterrizó ayer en Palma desde Barcelona para participar en el ciclo Cultures del Món que organiza desde enero hasta junio la Universitat de les Illes Balears (UIB). La conferencia se celebró en Ca n’Oleo bajo el título Mallorca vista pels seus veïns: 360º d’influències històriques. El experto, además de investigador, hizo una revisión de todos los dominios que han marcado la historia de la Isla desde hace 8.000 años hasta la actualidad.

¿Cómo fue Mallorca vista por sus vecinos?
— Lo que es interesante es que la insularidad no ha quitado protagonismo a Mallorca, sino todo lo contrario. Lo que he querido demostrar en esta conferencia, con esto de los 360 grados del título, es que todos hemos tenido algo que ver con Mallorca. Cerdeña, Túnez, Tortosa, Barcelona, Montpellier, Orán... todos han interaccionado con el Archipiélago. Muchos pasaron, otros huyeron. Por eso, en esta conferencia es importante reconocer la relación balear con cualquier territorio próximo.

¿Y cómo justifica esta interacción cultural?
— Abarco la historia de Mallorca desde hace 8.000 años hasta la actualidad. El objetivo fundamental es que vemos la idea de una Isla dominada por laPenínsula, pero los datos dicen que todos han interactuado y en cualquier situación y momento. Además, otro aspecto importante es    entender la Isla antes y después del Islam. La Mallorca premusulmana era bizantina, cristiana y era también africana.

¿Qué legados nos ha dejado    en concreto el mundo árabe en nuestro territorio?
— Desde la expulsión de los musulmanes, el cristianismo se reconfigura tras su conquista. Los cristianos recuperan la Isla y llevan a cabo una cultura de oposición y apropiación. Pero bueno, como influencias todavía queda parte de la topografía, la gestión del agua o los baños árabes (hammam), un símbolo que representaba un alto nivel de vida. También ha perdurado un buen vocabulario, el cual ha tenido un arraigo impresionante, a pesar de que también hay otros elementos subyacentes del griego o el latín. El Palacio Real de La Almudaina es otro ejemplo y ha tenido la capacidad de haber resistido al paso de la historia de forma excepcional.

O el arte y la gastronomía.
— Antes y después de la llegada de los musulmanes, la Isla ya contaba con productos importados, como la fruta.La caña de azúcar también se importó y fue un producto que les fascinó a los árabes. Es curioso además cómo, en este periodo, se pierde la gastronomía romana por los gustos orientales que predominaron en el Mediterráneo. En cuanto al arte, vemos rasgos de influencia artística de una cultura arabomusulmana.

¿Qué aspecto diría que marcó un antes y un después la Isla?
— Vale la pena remarcar, sobre todo, la resistencia bizantina en Mallorca. La romanización en la Península había desaparecido con la llegada de los visigodos que siguieron hasta Túnez. De pronto, vemos que solo quedan unos cuantos bizantinos en las Islas y en Andalucía, los últimos que no cayeron en Occidente. También es importante señalar que los cristianos resistieron contra los musulmanes. De hecho, coexistieron junto con otras religiones.

¿Qué identidad tiene, entonces, Mallorca?
— Mallorca tiene la identidad de la memoria de la piratería otomana;también de una radicalización en el campo durante muchos siglos.