El recorrido se ha desarrollado ante la admiración y la curiosidad de ciudadanos y turistas. | Clara Ferrer

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El más esperado Vía Crucis ha llegado este mediodía por todo lo alto, en un nuevo escenario y con un sol resplandeciente. En su 35 edición, aunque tendría que ser la 37 porque lleva dos años sin representarse por culpa de la COVID-19, el montaje de Taula Rodona basado en la obra de Llorenç Moyà ha cambiado las escaleras de la Seu por Ses Voltes. Un nuevo escenario que, como predijo Bernat Pujol, el director y presentador de la pieza, ha mejorado la visibilidad de los espectadores y también ha permitido a los actores «movimientos más libres». Sin embargo, cabe recordar que se da la casualidad que precisamente en Ses Voltes es donde se celebra otra tradicional y exitosa representación basada en un texto de Moyà: L’Adoració dels Tres Reis d’Orient.

El hecho de que se realizara el Vía Crucis en Ses Voltes ha permitido realizar un itinerario más largo y más espectacular que el que se llevaba haciendo en los años anteriores. Los casi treinta participantes, entre actores, músicos y lectores, se vistieron y prepararon en Can Oms. Acto seguido, a diez minutos de las doce del mediodía, partían desde la Plaza de Cort hacia Ses Voltes, bajando por la calle Conquistador y pasando por el lateral del Hort del Rei. Ha sido simbólico el paso por la escalinata de la Seu, donde antes se solía escenificar esta obra. El recorrido se ha desarrollado ante la admiración y la curiosidad de ciudadanos y turistas, que guardaban un respetuoso silencio ante la procesión, encabezada por un solemne tambor.

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El buen tiempo, con un cielo claro sin atisbo de nubes y una temperatura que rozaba los 20 grados, ha propiciado que centenares de personas se reunieran en Ses Voltes para ver el Vía Crucis. Los espectadores se confundían con los turistas o los transeúntes que simplemente querían disfrutar de un paseo por la Seu.

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Entre el elenco de esta edición figuran Àngel Colomer (Crist), Ana García (Mare de Déu), Xisca Sureda (Verònica) y Sara Mingolla (Cirineu), entre otros. Los lectores han sido Catalina Sureda, Maria Magdalena Aguiló, Pep Banyo y Miquel Garau. Vicky Pieniazeck ha puesto voz al montaje y la música ha sido a cargo de Jaume Salom, Teresa Gil y Carlos Gil. El caluroso aplauso final parece augurar que el Vía Crucis ha llegado a Ses Voltes para quedarse.