Menos personal. La falta de mano de obra disponible se va a traducir en plantillas más cortas justo en pleno auge de la demanda turística, advierte RBC-Mallorca. En la foto, una camarera atendiendo una terraza en la plaza España.    | miquel a. canellas

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El sector de la restauración afronta la llamada temporada de la reactivación económica con un problema nacido durante la pandemia pero que ahora temen que vaya a convertirse en estructural: la falta de los trabajadores necesarios para completar sus plantillas. Las dificultades para encontrar personal se han agudizado conforme los negocios han ido preparándose para la llegada de la Semana Santa y con ella el arranque de la temporada turística. No encuentran gente.

Así lo asegura la patronal de la restauración adscrita a PIMEM, Restaurantes Bares y Cafeterías (RBC)-Mallorca, para quien la falta de mano de obra, tanto de camareros como de cocineros, constituye un «frente muy preocupante para el sector». La presidenta de RBC, Eugenia Cusí, señala que «los trabajadores abandonan el sector porque las empresas no les pueden garantizar estabilidad; hay mucha incertidumbre».

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El resultado, asevera, es una fuga paulatina de antiguos empleados hacia otros sectores económicos o incluso a otras regiones, dado el progresivo encarecimiento de la vida en Balears, focalizado especialmente en el precio de la vivienda.  «La restauración era para mucha gente un refugio laboral y ahora o han cambiado de sector o bien se han ido de la Isla».

De hecho, el problema está afectando también a otros sectores como el hotelero, que tal y como avanzaba este lunes Ultima Hora, va a comprar viviendas para ofrecerlas a sus trabajadores a precios más asequibles. Por otro lado, la presidenta de CAEB, Carmen Planas, advertía el pasado mes que muchos restauradores le habían avanzado esta problemática. «El año pasado ya lo empezamos a notar y este año todavía más», señala Cusí para añadir que la falta de personal va a traducirse en plantillas más cortas y/o con personal menos cualificado, lo cual, a su vez, desembocará en «una peor calidad del servicio».

Las buenas previsiones respecto a la llegada de turistas hacen que los restauradores confíen en una buena Semana Santa, y más con las reservas que se han ido cerrando estos últimos días. Con todo, problemas como el de la falta de personal se suman a otros para generar una «preocupación latente» en el sector de cara al futuro más inmediato. Así, desde RBC se quejan de una «continua fiscalización» por parte de la patrulla verde y de las obras a las puertas de la temporada «que dejan patas arriba lugares tan emblemáticos como Jaume III». En ese sentido, Cusí denuncia que «es difícil entender que justo ahora tengamos que vernos así», especialmente, remarca, «después de haber tenido calles vacías durante la pandemia». Asimismo, la presidenta de RBC-Mallorca añade problemas como la subida del IPC, el incremento de la factura energética o la revisión salarial.

El apunte

El nivel de actividad, lejos de 2019

Pese a las buenas previsiones de cara a la temporada turística, los restauradores señalan que la cantidad de frentes en los que tiene que luchar el sector les mantienen muy alejados de postulados eufóricos. «Todavía no vemos el horizonte; más que recuperar tejido empresarial este año aspiramos a no perder más del que hemos perdido desde 2020», afirma Cusí para recalcar que si bien es verdad que se está pudiendo apreciar una cierta reactivación, «el nivel de actividad todavía no es el de 2019».