El show de los delfines fueron una de las actividades que más disfrutaron los niños y niñas refugiados. | Marineland Mallorca

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Además del compromiso por educar y divertir desde la conservación del medio, Marineland es refugio, siempre, de aquellas personas con necesidades especiales. El parque marino de Costa d’en Blanes es de sobra conocido por su implicación con aquellos que, o bien por enfermedad o por situación personal crítica, se sienten desatendidos o necesitados. Es por ese motivo que, comprometido y sensibilizado por la situación actual que atraviesa Ucrania, el parque acogió ayer la visita de un grupo de cincuenta niños ucranianos refugiados en Mallorca facilitando así, en la medida de sus posibilidades, su adaptación.

Con una clara pretensión de cambiarles su rutina diaria, con la intención de que piensen en cosas positivas, traten de conocer la isla y sobre todo aportarles algo de ilusión. Los papagayos, leones marinos, pingüinos y, en especial, los delfines, les hicieron pasar una jornada inolvidable. Realizaron el recorrido completo adentrándose en el mundo animal que ofrece Marineland Mallorca, apoyado por el equipo del parque: biólogos, veterinarios y cuidadores. Descubrieron y conocieron cómo viven todas y cada una de las especies que alberga el centro, así como sus características.

La visita conto con 50 niños y niñas ucranianos.

A juzgar por las expresiones de estos niños y niñas, disfrutaron mucho de la experiencia, aunque parece que el show de los delfines fue de las actividades que más gustó. Pudieron ver cómo son sus movimientos bajo el agua, cómo se comunican con sus entrenadores y cuidadores, pudieron escuchar los diferentes sonidos que transmiten durante la sumersión, por dónde respiran o cómo se reproducen, son algunos de los aspectos sobre los que aprendieron. Si bien estos mamíferos de agua fueron la atracción principal en esta visita, lo cierto es que los leones marinos y las focas también les fascinaron: descubrieron cuán inteligentes son, aprendieron sus nombres y cómo se desenvuelven diestramente en el medio acuático, sin duda una experiencia en la que pudieron evadirse de su realidad durante unas horas.