El uso de expresiones mallorquinas por parte de los visitantes, según Civitatis, puede hacerles más cercanos a ojos de las personas que residen en la Isla todo el año. | Elizabeth Ekman

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El secreto está en la cercanía. Civitatis, una de las plataformas más escogidas para organizar viajes y escapadas turísticas, recomienda a sus clientes en Mallorca arrancar una conversación con un Uep com anam!, «expresión típica de la isla para saludar de manera cariñosa a otra persona», y no cercar na Maria per sa cuina –sinónimo en la Isla de que «alguien busca complicarse la vida»– en su próxima visita a Baleares.

La empresa, con amplia popularidad en todo el mundo que se anuncia como «número uno en actividades, excursiones y visitas guiadas en español», tiene en su página web un generoso apartado destinado a los turistas que recalan en Mallorca. Dentro de toda la información de utilidad existe una sección de lo más curiosa, que habla sobre la situación del Idioma en Mallorca.

«Los idiomas oficiales de Mallorca son el castellano y el catalán. En ocasiones se habla del mallorquín, una variedad del catalán (...) Aunque no sea necesario, siempre viene bien conocer algunas expresiones para conocer más en profundidad sus gentes y su cultura» esgrime Civitatis antes de plasmar una lista bastante fidedigna, aunque no exenta de algún 'gazapo'.

Entre las expresiones útiles recogen Mesclar ous amb caragols, y aunque incorporan una mala traducción –«gambas» con caracoles–, sí afinan en su sentido figurado: «Se utiliza cuando en una conversación se mezclan las cosas». Un gat no es un animal sino «una persona que ha bebido demasiado»; un capfico en Mallorca «es un chapuzón» y generalmente en el mar, y da-li cebes «se utiliza para animar a alguien», entre otras.

No obstante algún mallorquín de pro debería advertir a Civitatis de un error imperdonable en su listado de expresiones genuinas mallorquinas. Según apuntan, Mos deim coses se aplica como «algo parecido a un 'ya nos veremos' utilizado para despedirse de manera cariñosa de alguien». ¿Quién les dice que pierdan toda esperanza?