La realización de pruebas PCR deja de ser algo habitual. | Reuters

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La pandemia de la COVID-19 ha iniciado este lunes un antes y un después, ya que ha entrado en vigor una nueva estrategia que tiende a la gripalización de la enfermedad. Lo más novedoso es que las personas menores de 60 años y que no pertenezcan a un colectivo de riesgo que sean asintomáticos o que presenten síntomas leves ya no tendrán que guardar cuarentena. Se trata de un nuevo escenario, con estas claves principales a tener en cuenta:

- Limitación de las pruebas de diagnóstico. Las personas menores de 60 años no vulnerables que presenten síntomas leves o que sospechen que se han contagiado de coronavirus ya no tendrán que realizarse un test de diagnóstico y podrán hacer vida normal, aunque reduciendo los contactos sociales con las personas vulnerables. Cabe destacar que tendrán que ir a trabajar, aunque deberán hacerlo con mascarilla; de hecho, sigue siendo obligatoria para todo el mundo en los interiores. Además, el Ministerio de Sanidad recomienda teletrabajar siempre que sea posible. En el caso de que empeoren tendrán que consultar con su médico de cabecera.

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-Mayores de 60 años y personas vulnerables. Sí tendrán que someterse a una prueba los mayores de 60 años, las personas vulnerables (con alguna inmunodeficiencia o cualquier patología), las mujeres embarazadas y los residentes en centros sociosanitarios; aunque presenten síntomas leves tendrán que consultar con su médico de cabecera.

¿Cómo sabrá el Ministerio si la situación empeora?

El Ministerio de Sanidad dejará de medir la incidencia acumulada, ya que las pruebas de diagnóstico quedan limitadas a casos muy concretos. A partir de ahora el indicador será la ocupación hospitalaria, que podría volver a determinar la vuelta de las cuarentenas. En concreto, si la ocupación de los hospitales deja de estar en riesgo bajo (menos de un 5 por ciento de ocupación de enfermos con coronavirus en planta y un 10 por ciento en la UCI). «Si se supera este indicador habrá que dar un paso atrás y volver a contar casos y reanudar los aislamientos de quienes presentes síntomas», ha advertido el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March.

«Según el Ministerio de Sanidad mientras no se produzca un cambio significativo en la tendencia que indique una circulación no controlada del SARS-CoV-2 o bien un cambio en la situación epidemiológica que requiera restablecer medidas de vigilancia y control a propuesta de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta» sólo tendrá en cuenta la presión asistencial. En este punto ha añadido que «habrá una fase de transición en la vigilancia de la COVID-19 hasta la implementación completa del sistema de vigilancia centinela de infecciones respiratorias agudas leves en Atención Primaria y graves en atención hospitalaria, que se deberá producir en toda España antes del fin del primer trimestre de 2023. Para ello, se constituirá un grupo de trabajo con la participación del Ministerio de Sanidad y las comunidades».