Julio Acero preside la Sociedad Europea de Cirugía Oral y Maxilofacial. | MARIO SOHO

TW
0

El doctor Julio Acero, presidente de la Sociedad Europea de Cirugía Oral y Maxilofacial y jefe de servicio de los hospitales universitarios Ramón y Cajal y Puerta de Hierro-Majadahonda, protagoniza hoy una sesión divulgativa en la Real Academia de Medicina.

¿Cuántas veces ha debido explicar en qué consiste su trabajo?
—Bastantes. La patología existe desde que existe la humanidad pero la especialidad empezó a mediados de siglo XX, sobre todo con las guerras mundiales. En Mallorca, nuestra especialidad está implantada pero no por todo es así. En las universidades, la vamos metiendo con calzador.

El cáncer de la región maxilofacial es uno de los más comunes, siendo la quinta localización en frecuencia.
—No es el más frecuente pero sí de los que más, el de cabeza y cuello, cáncer de boca, maxilares, de cara… Hay que tener en cuenta que un tumor de párpado puede afectar al ojo o a nivel nasal. Tenemos una unidad específica de base de cráneo, porque los hay que empiezan en la cara y profundizan en el cráneo, y en ese área es una de las especialidades con más desarrollo tecnológico. Salen muchos sistemas, planificaciones virtuales, TAC intraoperatorio...

¿Han tenido afectación COVID?
—Ahora con la pandemia hemos estado parados pero a nivel de actividades pues me toca representar a la sociedad. La última conferencia la di online el fin de semana en Taiwan. A nivel asistencial han venido menos pacientes pero estaban ahí. Hemos ido tratando algún tumor atrasado y aliviando las listas de espera de no graves que han aumentado bastante, la mía, por ejemplo, se triplicó.

¿Cuál es exactamente su labor?
—Nosotros nos definimos como especialistas quirúrgicos de un territorio donde también trabajan plásticos, otorrinos, odontólogos... Pero conjugamos las habilidades de unos y otros. Podemos extirpar un tumor y reconstruir la zona, es un concepto más integral. Han ido surgiendo áreas de especialidad como la malformación congénita, la estética facial… En mi caso hago cirugía de tumores y reconstructiva, muchas veces, por armas de fuego.

¿Tienen contacto con Ucrania?
—Ahora estoy en un chat con el que estamos directamente involucrados en el consejo del manejo de heridas por armas y también damos conferencias por la web para que se pongan al día. Tratamos de donar material médico. Están operando allí mismo.

¿Cómo es, a grandes rasgos, la reconstrucción de un rostro?
—Se hace una evaluación de los defectos en partes blandas y óseas, por ejemplo si pierdes un ojo que no es recuperable. Hay que ver si necesitan prótesis, si hay tejido suficiente, cómo están a nivel de hueso por si es bastante para restaurar, dónde pueden hacerse injertos… Es una evaluación del marco óseo. Las secuelas traumáticas graves necesitan más de una intervención.

En la conferencia hablará de técnicas para extirpar tumores y el de las nuevas tecnologías.
—Hablaré de tecnologías digitales, de todo lo basado en 3D, en la cirugía por ordenador... Todo esto lleva unos diez años desarrollándose pero se está instaurando ahora. La propia especialidad fue un avance técnico, antes vino el titanio, después la reconstrucción microvascular y ahora la revolución microdigital. En las técnicas de reconstrucción podemos imprimir patrones en 3D. La preparación es más sofisticada, se trata de tener más exactitud.