En el Mercat de Santa Catalina se respiraba este sábado normalidad. | Pere Bota

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La inquietud se palpa en el ambiente desde hace unas semanas por la subida de precios de los productos de alimentación, pero sobre todo de los combustibles y suministros de energía. Los medios alertan de un desabastecimiento inminente en supermercados debido a la huelga de transportistas, y sin embargo, la situación en las tiendas, de momento, no resulta para nada apocalíptica.

Aparte de algunas estanterías algo vacías, como en la sección de lácteos o del aceite de girasol –del que han tenido que limitar su venta por persona–, los clientes realizaban ayer sus compras con una normalidad casi total. Es cierto que se forman largas colas en las grandes superficies, pero tal vez esto siempre había sido así y ahora le atribuimos otras causas, o a lo mejor los propios clientes son los que acaban contribuyendo al desabastecimiento que nos acecha.

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Lo que es innegable es el aumento de precios en diversos productos y sectores, y esto sí que preocupa a la población en general. Este sábado al mediodía se congregaron en la Plaça de Cort varios centenares de personas convocadas por Vox y el sindicato Solidaridad para reivindicar medidas contundentes que ayuden a frenar esta inflación. Y la asistencia fue tal que tuvieron que cortar el tráfico, cosa que no estaba prevista. Entre rojigualdas y gritos de «viva España», Jorge Campos, líder de Vox en Balears, reclamó una «bajada drástica de impuestos» y la soberanía energética en la comunidad. Campos también pidió unas elecciones adelantadas para acabar con «este gobierno socialcomunista».

Partidarios de Vox o no, la ciudadanía está preocupada por la situación y pide al Govern que aplique las ayudas y subvenciones acordadas para paliar la escalada de precios. Ahora queda ver cómo la huelga de transportistas y de pescadores en Balears afectará a los diferentes sectores.