Vocación marina. Aunque el faro de Cap Salines (sobre estas líneas) ya presenta una trayectoria científica, la incorporación del de Portocolom (imagen superior) confirma y refuerza la vocación marina de la investigación en Balears. A todo ello se une la puesta en marcha del Pol Marí en el Moll Vell de Palma. | M. À. Cañellas

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La Conselleria de Fons Europeus, Universitat i Cultura integrará los faros de Cap Salines (Santanyí) y Portocolom (Felanitx) en la Xarxa d’Estaciones d’Investigació Científica de les Illes Balears, a la que ya pertenecen los edificios de La Mola (en Maó, que entre otros numerosos estudios analiza la evolución de los indicadores de la Reserva de Biosfera de Menorca) y Can Marroig (Formentera). El director general de Política Universitària i Recerca, Josep Lluís Pons, explica que «estamos en conversaciones con la Autoritat Portuària de Balears para la cesión de los dos faros. En el faro de Portocolom trabajarían el Institut Mediterrani d’Estudis Avançats –Imedea– y el prestigioso Instituto Max Planck, de Alemania, mientras que en el de Cap Salines, donde ya trabaja el Imedea, estaría abierto a la participación de otros organismos de investigación».

Pons apunta que «la adaptación de los faros a su función científica será relativamente sencilla, pues se encuentran, en general, en buen estado, y habría que asumir la adquisición del material y la infraestructura de investigación». El faro de Cap Salines ofrece la particularidad de situarse en el punto más meridional de Mallorca, frente al archipiélago de Cabrera. Su función científica se remonta a 2003, cuando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) suscribió un convenio con la Autoritat Portuària para la gestión de la instalación por parte del Imedea. Por ese motivo, el faro ya dispone de espacios adecuados tanto de laboratorio para la investigación directa de ecosistemas marinos como para el alojamiento de científicos. El faro funciona desde 1862 y lo sigue haciendo en la actualidad, operado remotamente por la Autoritat Portuària.

Por su parte, el faro de Portocolom «se estrenará» para la ciencia. Funciona desde 1863, sólo un año después que el de Cap Salines. Al igual que en éste último, el Imedea será el organismo que trabajará en la instalación, en este caso de manera compartida con el Instituto Max Planck, una de las entidades científicas con mayor reputación internacional. De hecho, a nivel mundial, se la considera la primera institución en investigación científica y la tercera en investigación tecnológica. La reconversión de los dos faros en estaciones de investigación, aunque el de Cap Salines ya presenta una trayectoria en este sentido, confirma y refuerza la vocación marina de la ciencia en Balears. Cabe recordar que ya está en marcha el proyecto de creación del Pol Marí en el Moll Vell de Palma, donde está prevista la implantación inicial del Sistema d’Observació Costanera de les Illes Balears (SOCIB) y también la del Centre Oceanogràfic de Balears.