Kateryna, de verde, junto a su tía, abuela y madre en una imagen retrospectiva.

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«No entiendo cómo puede pasar esto en pleno siglo XXI, cuando mi país declaró en 2014 que queríamos estar en Europa y hemos demostrado ya nuestra orientación política y económica». Es el planteamiento que se hace estos días Kateryna Krylach, ucraniana de 34 años originaria de Kiev que llegó a Mallorca    hace cuatro y trabaja como agente comercial.

Dice que se siente«muy preocupada» por la situación de guerra que vive su país. Asegura que «cada día estoy hablando con mi madre. Estoy con la cabeza más en Ucrania que aquí». Allí también tiene a sus ahijados, una tía y primos. «Me pone la piel de gallina ver lo que ocurre», lamenta.

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En la capital vive toda su familia. Cuenta que, cuando empezó la invasión, «mi madre se preparó una bolsa con la documentación más importante, algo de comida y dinero, y se fue a casa de una amiga mía. La medianoche del primer día de conflicto, las noticias advirtieron a la población que buscara refugio porque se produciría un ataque aéreo, así que bajaron a un sótano y estuvieron allí unas horas».

Huida

De momento, Kateryna Krylach no puede pensar en un futuro inmediato, pero sí está valorando con sus familiares en Kiev «que puedan huir del país en coche hacia Polonia. Tengo un primo con residencia en Alemania y yo tengo la residencia en Balears. Es algo que me gustaría que hicieran, pero de momento es peligroso», apunta.

La última vez que visitó su ciudad natal fue en mayo de 2021 cuando murió su padre. «Ahora tenía pensado volver, porque se cumple un año de su fallecimiento y quería visitar su tumba y llevarle flores, pero no sé si voy a poder. Lo primordial es que mi familia salga de allí».