Antoni Riera durante la presentación de su exposición.    | M. À. Cañellas

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Baleares es la sexta región con mayor potencial turístico de su entorno competitivo más directo. Así lo indican los resultados del índice de competitividad turística presentado ayer por la Fundación Impulsa que ubican al archipiélago en una posición de privilegio en un listado de 315 regiones de un total de 42 países. Con la sombra del conflicto ruso-ucraniano planeando sobre la mañana de ayer, el director de la Fundación, Toni Riera, dio a conocer unos resultados que certifican un posicionamiento privilegiado de las Islas, deudor principalmente de «la apuesta política y económica de Balears en torno al turismo».

Esa apuesta se traduce en dotación de infraestructuras, instalaciones turísticas y puesta en valor de los recursos naturales del archipiélago, además del cuidado de la conectividad aérea como elemento fundamental. De esta manera, Balears solo se ve superada por otras cinco regiones turísticas en cuanto a potencial competitivo, tres de ellas españolas. Por este orden: Andalucía, Cataluña, Provenza-Alpes-Costa Azul, Comunidad Valenciana y Ginebra. El top ten lo completan Canarias, País Vasco, Baja Austria-Viena y Berlín-Brandemburgo.

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Torrebadella, Negueruela y Cladera en la presentación.

No obstante, según el estudio de Impulsa, el potencial turístico de las Islas sería mayor si disfrutaran de un mayor nivel de calidad en materia de capital humano, mercado laboral, ordenación del espacio turístico e integración tecnológica. Para Riera, «hemos llegado al límite del éxito con nuestro actual liderazgo: nuestras fortalezas nos han situado en lo alto del ranking y nos han permitido obtener unos réditos que, ahora, son imposibles de superar. Por eso mismo estamos en disposición de diseñar y ocupar desde las Islas una posición nueva y pionera en el mundo, como la que deriva, por ejemplo, del turismo regenerativo». La apuesta por la sostenibilidad y el turismo circular –precisamente las banderas que enarbolaba Negueruela horas más tarde en el apuntalamiento de la ley turística con el pacto con los hoteleros– debe marcar la hoja de ruta del desarrollo turístico balear, no basado en el crecimiento de plazas.

El apunte

Antalya como ejemplo del exceso de plazas

El mantra que ha guiado la redacción de la ley turística, más competitividad con menos plazas, tomó ayer forma de nuevo al compararse potencial e intensidad turística de Balears y su rival por excelencia entre los destinos turcos, Antalya. Aunque ambas regiones compartan flujos turísticos y un potencial para el desarrollo similar, el mayor número de plazas de Antalya no se traduce en una mayor competitividad de este destino: es la región con más plazas de alojamientos en términos absolutos pero se sitúa en un tramo de competitividad baja (posición 205), lo que prueba que más visitantes «no es sinónimo de potencial ni desarrollo turístico».