Ayuso abraza a Marga Prohens en presencia de Casado en el congreso del PP. | P. Pellicer

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La implosión del PP ha dejado a los militantes del partido en shock. Asisten atónitos a un drama de tintes shakesperianos que tenía que acabar con el sacrificio de uno de los dos líderes. O Pablo Casado o Isabel Díaz Ayuso. La situación es de tal gravedad que amenaza con partir al PP por la mitad y eso es lo que intenta evitar Marga Prohens. El PP es un campo de minas y el líder que dé un paso en falso puede acabar tan inmolado como uno de los dos protagonistas del drama. La base social de la formación está con Isabel Díaz Ayuso y este domingo se visualizará si algún dirigente del partido se concentra en la sede de la calle Palau Reial tras la convocatoria hecha a través de las redes sociales no se sabe por quién y quién sabe a iniciativa de alguien de Vox con el fin de desestabilizar aún más a los ‘populares’.

La presidenta en Baleares, Marga Prohens, forma parte de la dirección nacional del PP. Está en la ejecutiva nacional por decisión de Pablo Casado, tiene un puesto relevante en materia de comunicación, es la portavoz adjunta en el Congreso, es amiga de Pablo Casado desde que compartieron inicios políticos en Nuevas Generaciones. Es presidenta del PP balear porque Pablo Casado lo quiso, con la retirada de escena de Gabriel Company, otro drama shakesperiano sobre el poder y la renuncia.

En aquel nombramiento jugó también un papel esencial Teodoro García Egea, la tercera pieza del drama que se vive en Madrid. Fue clave para que la candidata final fuera Marga Prohens frente a otros nombres que estuvieron sobre la mesa, como el del ibicenco José Vicente Marí, y es ahora uno de los señalados para que sea sacrificado en lugar de los líderes de la formación. García Egea tal vez tenga las horas contadas.

La elegida fue Prohens porque se vio en ella una candidata capaz de generar ilusión y de convertirse en la Isabel Díaz Ayuso de Balears. Es inevitable comparar a ambas políticas aunque disten mucho la una de la otra. Ella ha intentado marcar diferencias, pero al mismo tiempo ha empezado su liderazgo copiando algunos de los eslóganes que dieron la victoria a la madrileña y ha elegido ese ‘Socialismo o libertad’ como eje de la crítica a la Ley Turística.

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El silencio de los dirigentes del PP balear, que no han tomado hasta ahora partido por ninguno de los dos candidatos madrileños, es una cuestión táctica. En los últimos meses se les han escuchado veladas críticas internas a Ayuso por su falta de lealtad interna hacia Casado. Muy probablemente estén con Casado, pero no lo dicen porque buena parte de las bases está con Ayuso, a quien ven como la mejor baza, tal vez la única, para derrotar a Pedro Sánchez en las elecciones del año que viene. Tomar partido es exponerse a perder y, sobre todo, es exponerse a dejar atrás de una buena parte de la formación que no entendería la decisión de la cúpula.

Hay que mirar atrás para entender en parte ese silencio. El PP balear viene de una profunda crisis interna provocada por el liderazgo de José Ramón Bauzá, que fue una bomba implosiva como ahora lo está siendo Díaz Ayuso en Madrid. Prohens lleva meses intentado coser los rotos que dejó Bauzá con su posterior intento de recuperar el partido y no quiere pisar una mina en el trayecto tomando una decisión que puede ser equivocada.

En el dramatis personae de esta historia aparece el cuarto protagonista. Se llama Miguel Ángel Rodríguez, MAR, y todos en el PP le atribuyen los movimientos de Ayuso. Estuvo hace unos meses en Palma y se jactó ante las personas con las que se reunió de que sería el artífice de llevar a la primera mujer a La Moncloa. Rodríguez, el motor de Ayuso, ya jugó un papel clave en otro momento de desestabilización del PP. Gabriel Cañellas le señala a él y no a José María Aznar como el verdadero ejecutor de la operación que le echó del Govern. También Baleares, como Madrid, tuvo su pequeña historia de detectives. Argos y Segimón, pero eso es agua pasada. MAR provocó la caída de Cañellas para salvar a Aznar y 25 años después aparece con un papel cambiado: su objetivo es salvar a la soldado Ayuso para acabar con el general Casado, Y ojo: ya antes había provocado la caída de Hernández Mancha para colocar a Aznar e Génova 13 en una operación calcada a la que está construyendo con Ayuso.

El PP balear podrá aguantar unos días sin adentrarse en el fango para no pisar una mina, algo que puede entenderse en un momento político resbaladizo e incierto, pero tarde a temprano tendrá que decidir. El cierre del expediente contra Ayuso aboca al partido a un congreso que debía hacerse en julio y que probablemente se adelantará. En el Partido Popular dicen que Génova siempre gana las batallas. Con una salvedad: MAR ya ganó una batalla con Aznar. Puede que el congreso lo gane Ayuso si es abierto a la militancia y tal vez incluso si está controlado por compromisarios. El precio serán heridas y sangría de votos, también en Baleares.