Magaluf (en la imagen) es una de las zonas turísticas que podrán crecer, pero solo edificando VPO. Otras áreas afectadas son Palmanova, Santa Ponça, Camp de Mar, Sant Elm, Port de Sóller, Cala Sant Vicenç, Platja d’Alcúdia y de Muro, Cala Mesquida o Portopetro.  | Jaume Morey

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La última y tercera modificación del Pla Territorial Insular de Mallorca (PTI), aprobada en diciembre, permite el crecimiento de las zonas turísticas de la Isla, como puede ser el Arenal, Magaluf o el Port de Pollença. Sin embargo, solamente permite el desarrollo urbanístico de estas áreas mediante la construcción de Viviendas de Protección Oficial (VPO), de equipamientos públicos o en suelo destinado a actuaciones para mejorar zonas degradadas o que les afecte la subida del mar.

Los ayuntamientos serán quienes decidan impulsar o no esta opción a través de una modificación del plan urbanístico municipal. La medida ya se contemplaba en el Pla d’Intervenció d’Àmbits Turístics (PIAT) aprobado en 2020, y ahora el PTI lo incluye por primera vez. Cabe recordar que hasta la entrada en vigor del PIAT, el Pla d’Ordenació de l’Oferta Turística (POOT) impedía cualquier tipo de crecimiento de las zonas turísticas.

«Damos la posibilidad de crecer en este suelo con VPO para ofrecer viviendas a precio asequible, que es algo necesario», explica la consellera insular de Territori, Maria Antònia Garcías. Insiste que la medida no significa que las futuras plazas residenciales deban de convivir mezcladas con las turísticas. «No se harán al lado de hoteles o apartamentos», dice. Además, rechaza que los inquilinos de las viviendas protegidas puedan generar problemas. De hecho, recuerda que el Govern evita construir barriadas de VPO y que apuesta más por distribuirlas. Actualmente, el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) está construyendo varias promociones de viviendas protegidas en Magaluf, pero en este caso se permitió hacer porque responde a una reserva estratégica de suelo.

Por su parte, el director insular de Territori i Paisatge, Miquel Vadell, comenta que a mediados de los noventa, cuando se impulsó el POOT, se pensaba en un modelo turístico totalmente separado de las zonas residenciales. Ahora, en cambio, el tejido turístico dispone de oferta complementaria. Vadell afirma que uno de los objetivos es «desestacionalizar», y evitar que zonas como Cala Millor o Magaluf queden completamente cerradas durante todos los meses de invierno. El PTI también establece que el crecimiento urbano en las zonas turísticas permita la orientación «óptima» de las edificaciones para favorecer que les dé el sol, que estén bien ventiladas y puedan disponer de energías renovables.

60 habitantes por hectárea

La modificación del PTI establece una densidad máxima en los futuros crecimientos, fijando un tope de 60 habitantes por hectárea en las zonas turísticas. En las áreas de Palma, Inca y Manacor que no lo son se implanta una densidad de 120 y en el resto de la isla queda en 100 habitantes por hectárea. En todos los casos hay que descontar al cómputo las superfícies destinadas a servicios.