Despedida del comandante general Fernando García. | Pere Bota

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El patio de armas del Acuartelamiento Jaime II de Palma ha despedido este viernes al Comandante General de Baleares, el general Fernando García Blázquez, que pasa a la situación de reserva tras más de dos años al frente al mando y más de 42 años de servicio militar.

El acto, que ha empezado puntual a las once de la mañana, ha consistido en una formación de las unidades de la Comandancia General de Baleares. El general García Blázquez ha podido despedirse de la bandera del regimiento y de todas las autoridades comunitarias y compañeros del servicio. A continuación, se le ha hecho entrega del Grifón de Honor como reconocimiento de su trabajo y su labor distinguida.

Durante su locución, el comandante general de Baleares ha reconocido: «Me voy orgulloso de haber trabajado con vosotros». Así ha asegurado que «ha sido un honor estar al frente de esta Comandancia». Durante su discurso, ha animado a las unidades a «mirar hacia el futuro y que penséis en positivo», en relación a los «nuevos retos» que se enfrenta el Ejército, como la crisis de la pandemia. Ha animado también ha ser «un orgullo para la sociedad balear».

Finalmente, las distintas unidades de la Comandancia se han preparado para un emotivo desfile con el que han despedido al general García Blázquez y agradecido toda su trayectoria. El comandante general de Balears tomó posesión del mando el 29 de noviembre de 2019, por lo que su mando ha estado, principalmente, marcado por la pandemia. Le ha tocado gestionar, asimismo, los apoyos de la Comandancia General a las autoridades civiles.

Entre su larga trayectoria, asumió el mando de la Unidad de Apoyo Logístico de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra en 2001. Su ascenso a teniente coronel se formó en 2004 y fue destinado al cuartel general del Eurocuerpo (Estrasburgo), donde ejerció el puesto de jefe de G3 preparación y ejercicios. Destacan sus misiones internacionales en Bosnia-Hertzegovina como jefe de Planes de la División Salamandra en Mostar y ha estado destinado hasta en tres ocasiones en Afganistán como jefe de la Unidad de Helicópteros del Ejército de Tierra. Entre sus distinciones, ha recibido la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, Gran Cruz y ocho cruces del MM con distintivo blanco y tres condecoraciones de la OTAN de misiones operativas, entre otras.