El encarecimiento de la electricidad se traslada a la cesta de la compra. | Toni Planells

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Baleares cerró el año con una subida de precios del 6,5 % en comparación con el último mes de 2020. Se trata del incremento más elevado del Índice de Precios de Consumo (IPC) de los últimos 30 años –al igual que en el conjunto de España–, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los precios comenzaron a dispararse a partir del segundo semestre de 2021, coincidiendo con la supresión de la mayoría de restricciones para frenar la propagación de la COVID-19. Desde entonces, y como se aprecia en el gráfico adjunto, la tendencia inflacionista no ha cesado.

Esta situación alcista de los precios, que no es única de Baleares, sino del conjunto de Europa e incluso de Estados Unidos, se debe a varios factores. El director técnico de la Fundació Impulsa, Antoni Riera, reconoció ayer que se sabía que la inflación superaría el 5 % a final de año. Este incremento de los precios, según explicó, pone de relieve varios aspectos: por una parte, los efectos de la pandemia, que obligó a interrumpir o cortar las cadenas de suministros y que ha incidido en una contracción de la oferta; por otra, las tensiones geopolíticas que encarecen la energía.

Todo ello coincide con un «rebrote» de la economía. Es decir, desde mediados del pasado año, se inició el proceso de la recuperación y la demanda se incrementó de forma considerable. «Estos factores disparan los precios», señaló Riera. Como se aprecia en el gráfico adjunto, la electricidad, el gas y otros combustible son los productos que más se encarecieron en el último mes de 2021, casi un 61 %. No en vano, el precio de la luz en el mercado libre se encuentra en máximos históricos, algo que afecta de lleno al bolsillo de los ciudadanos.

Sin embargo, la inflación no se nota solo en la energía, sino que buena parte de los productos que analiza este indicador presentan incrementos de precio considerables. Es el caso de la fruta fresca, el aceite o la carne de ovino, como figura en el gráfico. Estos aumentos de precios se traducen en una pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores. Cabe tener en cuenta que la mayoría de sueldos no se han incrementado en la misma proporción mientras que el coste de vida se encarece.

Las estadísticas del Ministerio de Trabajo de convenios colectivos laborales cerrados hasta diciembre indican que las subidas salariales pactadas entre patronales y trabajadores fueron del 2,82 % en Balears. Este incremento afecta a 206.666 trabajadores de las Islas. Aunque no alcanza ni la mitad de la subida del IPC ­del 6,5 % en el conjunto del año–    hay que destacar que es el más elevado de España.

El apunte

Antoni Riera: «El peligro es que la inflación se alargue demasiado»

El director técnico de la Fundació Impulsa, Antoni Riera, indicó que el peligro es que las tasas de inflación se mantengan altas más allá del primer semestre de este 2022. «Esperemos que el IPC baje a partir de marzo o abril», reconoció. En caso contrario, advirtió, se empezará a trasladar a otras cuestiones como los costes laborales, tipos de interés o productos finales, entre otros. En este sentido, explicó que por ahora afecta más a materias primas o a productos intermedios. En caso de que la inflación persista, «será muy difícil de eliminar», concluyó Riera.