La eliminación de restricciones ha permitido la reactivación de todas las actividades y del empleo. | MANOLO BARRO

TW
6

El mercado laboral balear ha logrado superar, al menos por ahora, la COVID-19. En menos de dos años se han recuperado las cifras de paro y empleo previas a la pandemia. Este hito se consiguió en noviembre de 2021, una tendencia que se mantuvo en diciembre y que se espera que se consolide en los próximos meses, pese a ser los de menos actividad económica en las Islas.

¿Cuál es la situación actual? A finales de diciembre –últimos datos disponibles– había en las Islas 55.974 personas en paro registradas. Representan un 33,6 % menos que un año antes y un 8,4 % menos que en diciembre de 2019. Además, se trata de la cifra más baja de desocupados contabilizada en un mes de diciembre de la última década. La cifra de parados comenzó a subir de forma exponencial en marzo de 2020, tras la irrupción de la pandemia, tendencia que se prolongó hasta abril de 2021. Balears fue la comunidad donde más subió el paro en los meses más duros de la pandemia en términos económicos, mientras que en la actualidad se encuentra en el escenario contrario.

Más empleo. Algo similar ha ocurrido con la afiliación a la Seguridad Social. En diciembre había 440.608 personas con empleo, un 5,52 % más que en el mismo período de 2020 y un 1,1 % más que dos años atrás. Se trata de la cifra más alta jamás registrada en un mes de diciembre, pese a ser una época de baja intensidad turística. De este total de trabajadores, el 1,3 % (cerca de 6.000) estaban afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Estos empleados figuran como afiliados y no como parados ya que su relación laboral con la empresa está suspendida, pero no ha desaparecido.

El papel de los ERTE. Han sido una herramienta crucial durante esta crisis, reivindicados por el Govern y demandados a partes iguales por patronales y sindicatos. Han permitido que miles de trabajadores con contrato indefinido o fijo discontinuo no hayan perdido su empleo durante la pandemia. En mayo de 2020, más de 150.000 trabajadores de Balears estaban afectados por un expediente de regulación temporal de empleo, cifra que se ha ido reduciendo a medida que se ha reactivado la actividad. Estos trabajadores se han ido reincorporando a sus puestos, de modo que el grueso de los ERTE no se ha convertido en ERE, como se llegó a temer al inicio de la pandemia.

Noticias relacionadas

Prestación para los fijos discontinuos. Los trabajadores fijos discontinuos, que en Balears rondan los 90.000 y en su mayoría están vinculados al sector turístico, también se han visto beneficiados por las medidas implantadas para salvar el empleo. El primer verano de pandemia se incluyeron en los ERTE, mientras que desde hace dos inviernos perciben una prestación extraordinaria los meses en que no trabajan. De este modo, se ha garantizado que no pierdan su subsidio pese a no haber trabajado los meses necesarios para ello.

La ocupación indefinida se ha mantenido. La articulación de estas medidas ha permitido que a lo largo de la pandemia la ocupación indefinida se haya mantenido estable, entorno a las 189.000 personas desde marzo de 2020. Esto significa que apenas se han destruido puestos de trabajo fijos, entre los que se contabilizan los fijos discontinuos.

Los trabajadores temporales, los más castigados. Por contra, los trabajadores con contrato temporal son los que más han sufrido los efectos laborales de la pandemia. Los elevados aumentos del paro registrados el pasado año en Balears responden, precisamente, a que estos trabajadores perdieron su empleo, ya que los afectados por un ERTE no se incluyen en la lista del paro. Cabe señalar, en este sentido, que buena parte de la nueva contratación que se registra en las Islas al inicio de la temporada turística es temporal. Lo mismo ocurrió en diciembre, cuando de los 21.694 contratos que se firmaron, solo 3.878 fueron indefinidos y menos de la mitad eran por un período inferior a seis meses.

La reactivación turística, clave. La gran dependencia de Balears del sector turístico explica esta caída y posterior recuperación en forma de ‘V’ del mercado laboral. La parálisis del turismo derivadas de la COVID paralizó la economía balear y su mercado laboral. De hecho, el empleo no se reactivó hasta el segundo semestre del año, coincidiendo con la recuperación turística de la comunidad. Con todo, la evolución es positiva en todo el tejido productivo. En cualquier caso, la estacionalidad económica de Balears y su dependencia tan elevada del sector turístico se ha reflejado en el mercado laboral durante la pandemia. Combatir la contratación temporal es la gran tarea pendiente.