Los enfermos más graves tienen que ser ingresados en la UCI. | M. À. Cañellas

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Los ingresos en la UCI representan el 0,2 por ciento de los contagiados con COVID-19 durante la sexta ola en Baleares, frente al 16,24 por ciento de la primera que tuvo lugar en la primavera de 2020. Este martes hay 68 enfermos con coronavirus ingresados en la UCI, mientras que el 6 de abril de 2020 había 115 enfermos críticos. Sin embargo, el total de casos activos era de 708, mientras que ahora son 29.273. Cabe precisar que en la primera ola de la pandemia no había pruebas de diagnóstico suficientes y se reservaban para los casos más graves.

Estos datos ponen de manifiesto que el incremento exponencial de contagios no se ha traducido en un incremento de la presión asistencial a nivel hospitalario, puesto que ha descendido el número de camas ocupadas en la UCI y en planta respecto a otras olas de la pandemia. En estos momentos, la mayoría de los infectados reciben cobertura de Atención Primaria. Esto se debe a dos factores, fundamentalmente: la vacunación y a que la variante ómicron es menos virulenta, aunque mucho más contagiosa. En la primera ola, la COVID-19 era una total desconocida y había un mayor desconocimiento sobre el abordaje en los tratamientos. Ahora ya hay vacunas y el 82,63 por ciento de la población diana de las Islas cuenta con la pauta completa de vacunación.

Otro dato relevantes es que el número de personas ingresadas en la UCI actualmente no se superaba desde el día 30 de agosto, cuando había 69 personas en estas unidades, cuando Baleares estaba sumida en la quinta ola. Ese mismo día había un total de 5.552 personas contagiadas en las Islas, frente a las 29.273 de este 4 de enero; el número de personas afectadas por el virus se ha disparado un 427,5 por ciento en cuatro meses.

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Si se compara con la quinta ola de la pandemia, el 1,2 por ciento de los infectados necesitaban ser ingresados en la UCI. Como ya se ha señalado, este martes hay 68 enfermos con coronavirus ingresados en estas unidades, una cifra que no se superaba desde el día 30 de agosto, cuando había 69 personas. Ese mismo día había un total de 5.552 personas contagiadas en las Islas, frente a las 29.273 de este 4 de enero; el número de personas afectadas por el virus se ha disparado un 427,5 por ciento en cuatro meses. También ha descendido el número de contagiados que necesitan ser hospitalizados en planta. Actualmente hay 284, que representan el 0,9 por ciento del total de los positivos, mientras que el día 30 de enero había 191 pacientes en planta, que suponían el 3,4 por ciento del total. Si se toma como referencia la Atención Primaria, este martes tienen registrados 28.921 casos positivos de coronavirus mientras que a finales de agosto eran 5.292; esta cifra se ha incrementado un 446,5 por ciento.

El porcentaje de ingresados en UCI es 80 veces superior en la primera ola

El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, ha manifestado que «si comparamos la primera y la sexta ola, la diferencia que tenemos es abismal. El porcentaje de ingresados en UCI es 80 veces superior en la primera ola que ahora, donde la variante ómicron está marcando la realidad». Además, ha precisado que «la realidad de los casos en UCI también es muy diferente en esta ola con respecto a la quinta ola; también es muy diferente el número de personas hospitalizadas con respecto a la quinta ola. Todo ello está, en parte, marcado por la variante ómicron y, principalmente, por la vacunación, que está ayudando a minimizar los ingresos hospitalarios y los ingresos en las UCI, además de las muertes».

March ha explicado que «hay diversos artículos científicos que sugieren que la inmunidad celular (linfocitos T) ayudarían a proteger frente a la COVID19 grave por ómicron. Y también hay varios artículos que dicen que ómicron afectaría menos al tejido respiratorio inferior (pulmones) en comparación a variantes anteriores». En este punto, ha puntualizado que «hay que tener en cuenta que países que han permitido una transmisión comunitaria de ómicron se enfrentan a varios problemas como el colapso de la Atención Primaria, absentismo laboral por bajas y el colapso en los sistemas de rastreo». Además, ha apuntado que «la protección frente a la infección decae con el paso de los meses tras la última dosis de la vacuna. La caída es diferente según el tipo de vacuna, pero todo sugiere que el refuerzo debería acelerarse con ómicron».