En la imagen, Tomeu Deyà poda las ramas de sus olivos en Sóller para prevenir incendios. Deyà es uno de los payeses y gestores de fincas concienciados.

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Más de cien casas de Balears han sido dañadas por incendios forestales durante la última década. Si bien en la mayoría de ocasiones los daños se limitan a ser exteriores, ha habido algunos casos en que las viviendas se han quemado por completo.

Son datos aportados por Empar Benlloch, funcionaria del dispositivo de incendios forestales de la Conselleria de Medi Ambient i Territori y técnica de los talleres y charlas que organiza Tramuntana XXI para concienciar a los propietarios de fincas forestales de la necesidad, y la obligación, de aplicar medidas de autoprotección.

Benlloch explica que «en nuestros talleres nos centramos en la protección de la interfaz –zona de transición– entre suelo forestal y urbano, pero también recordamos que la Llei Agrària de les Illes Balears, además de otras normativas, obliga a crear una zona de seguridad de un mínimo de 30 metros alrededor de las casas. No es necesario arrancar toda la vegetación, pero sí hay que reducir el combustible vegetal. Normalmente es suficiente con desbrozar y podar, y pocas veces es necesario talar algún árbol. Si acaso, se puede podar el árbol y dejar su suelo desbrozado».

La técnica señala que «los propietarios tienen la opción de contactar con un agente de Medi Ambient, que in situ tramitará una autorización administrativa para la creación de la zona de seguridad y, además, les asesorará sobre qué actuaciones son las más adecuadas en su caso. Si la vivienda o residencia se encuentra en un espacio forestal, pero es en realidad un suelo urbano, entonces la tramitación debe realizarse ante el ayuntamiento».

Factores

Benlloch indica que «las medidas para una zona de seguridad de 30 metros dependen de factores como la pendiente, el tipo de vegetación o la insolación. Por ejemplo, son habituales los setos –bardisses– de vegetación muy compacta y con material seco o muerto que actúa como un vector de rápida propagación del fuego. Sería más eficaz instalar separaciones de piedra, metal o de vegetación más resistente al fuego, como las enredaderas».

Cada verano, época de mayor riesgo, la Conselleria organiza campañas de prevención de incendios, pero en invierno hay que trabajar igualmente. En los meses no estivales, los efectivos de la Conselleria trabajan en reducción de la vegetación, creación de cortafuegos o instalación de depósitos de agua, pero los propietarios, según el departamento autonómico, también deben tomar medidas de prevención en sus fincas. Tramuntana XXI participa y colabora con Medi Ambient en las campañas de prevención en invierno.

Benlloch destaca que «hay que asumir nuestra responsabilidad individual, pues, en un incendio, no puede haber un vehículo de bomberos en cada puerta».

El apunte

Licencias, informes y sanciones

Las licencias de los ayuntamientos para reformar o ampliar una residencia en suelo forestal pueden estar condicionadas al cumplimiento de la creación de la zona de seguridad de al menos 30 metros. Existen las áreas de prevención de riesgo de incendios, donde una reforma o ampliación está supeditada a un informe de la Conselleria de Medi Ambient i Territori. En estas áreas, no se puede realizar una nueva construcción. En Francia, la zona de seguridad es de 50 metros y, tras unos años de información, ya se aplican sanciones por su incumplimiento.