Maria Frontera, presidenta de la FEHM. | Teresa Ayuga

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Maria Frontera (Palma, 1969). Su trayectoria profesional ha estado ligada siempre al turismo, ya que es la tercera generación de una familia dedicada a la hostelería en Sóller. Desde principios de 2018 es presidenta de la FEHM y esta semana ha sido reelegida por la asamblea general de la patronal, que contó con la presencia del presidente de la CEHAT, Jorge Marichal. Se muestra muy segura, de ahí que sus mensajes son directos, pero siempre buscando la colaboración público-privada y huyendo del enfrentamiento estéril.

¿Cómo valora que se haya cancelado la ITB de Berlín?

Después del año y medio que hemos vivido la incertidumbre sigue estando ahí. La decisión de anular la ITB era uno de los posibles escenarios. Lo que es cierto que con las variantes y variables actuales tenemos que tomar decisiones a muy corto plazo. Nos sorprende lo de Alemania porque allí se hacen las cosas con mayor antelación y ellos prefieren anticiparse. Al mercado le llega un toque de atención más de que hay que dar nada por seguro ni subestimar esta pandemia.

¿Qué retos se ha marcado para los próximos tres años en al FEHM?

El reto principal es acompañar a las empresas en todos los desafíos, entre ellos los planes de contingencia porque la crisis va a ser más larga de lo que esperábamos. Otro reto es el de la transición del sector turístico, que se tiene que acompañar con estímulos de la Administración pública y del propio sector privado. A esto hay que sumar la gobernanza, que es crucial.

¿Cómo se vislumbra el verano 2022 con tanta incertidumbre?

Ya preveíamos que el verano 2022 no iba a ser fácil, porque los destinos competidores estarán ya operativos. Habrá una pugna comercial, pero nosotros no competimos en precio. Jugamos en otra Liga y las reglas del juego han cambiado. Las reservas anticipadas no van a volver y tendremos que trabajar con información más actualizada a corto plazo y ser muy ágiles en la toma de decisiones en los mercados emisores que estén disponibles y acorde con las decisiones que se adopten. Aquí, hay que citar las que se han tomado ahora en el Reino Unido o en la UE que han ralentizado todo el período de ventas. Es por ello, que abogamos porque las medidas a nivel europeo se tomen de forma armonizada tanto en la validez del certificado COVI como en las vacunas. Hay que evitar montañas rusas.

¿La pandemia ha acelerado la comercialización directa?

En el último verano hemos podido comprobar que la comercialización directa ha sido más rápida, ágil y ha aumentado las ventas. La intermediación, pese a todo, sigue siendo importante. El mix de la comercialización va a ser también uno de los valores determinantes para el éxito de la próxima temporada. Cada año aprendemos más y la digitalización nos ha ayudado a mejorar los sistemas productivos.

¿Qué estrategia hay que seguir con los fondos Next Generation?

El momento es único y hay que saber aprovecharlo. No tenemos que pensar que estamos preparados para ello, sino que tenemos que asegurarnos. Hemos estado trabajado en los últimos meses para aprovecharnos de estos fondos. El problema radica que los fondos van dirigidos a administraciones y el tejido productivo no puede acceder a estas convocatorias. Lo interesante es que fueran alineados los intereses públicos y privados con los mismos objetivos para poder multiplicar los resultados. No hay que relajarse y evitar que se devuelvan fondos, sino ser ambiciosos. La coordinación vivida con la administración pública ha sido positiva.

¿Es vital la continuidad de Air Europa para Balears?

Todos sabíamos que fusión entre Iberia (IAG) y Air Europa iba a propiciar que dejarán ‘slots por competencia. Lo que es importante es mantener la conectividad, más de una empresa aérea histórica para las Islas. Durante esta crisis hemos visto muchas empresas del sector sufrir y es una situación preocupante porque lo fundamental es mantener la conectividad aérea.

¿Ha sido positiva la relación pública y privada en la pandemia?

Tiene que seguir así y complementarse. Esta cooperación ha sido imprescindible y esencial, por lo que tiene que seguir así para optimizar los resultados. La transversalidad del sector turístico hace viable la interlocución, pero si se desvirtúan algunas inversiones será negativo para Balears. Hay que ser ambiciosos y apostar por proyectos transformadores.

¿Conviene cambiar o mejorar el actual modelo turístico?

En esta transición del modelo turístico debemos trabajar todos con los mismos objetivos. El turismo es el motor económico de Balears, porque es un hecho constatado. Lo que tenemos que hacer es mejorar el modelo y trabajar en positivo. La especialización turística nos hace fuertes y hay que darle más valor para ser más competitivos.

¿Apoya la estrategia de diversificación de mercados emisores?

El mercado alemán sigue teniendo un peso específico. Lo que funciona se tiene que mantener, porque son mercados que trabajan todo el año y lo que buscamos es desestacionalizar y aumentar el empleo. Cuantos más meses de trabajo, mejor. Si hay mercados emergentes se tienen que aprovechar.

¿Ve positiva la ruta Nueva York-Palma del próximo año?

Es un nuevo mercado que nos permitirá dar a conocer Mallorca y nos dará más valor añadido.

La ómicron manda, ¿debe imperar con ello mayor responsabilidad?

La responsabilidad individual es muy importante. Hay un cierta relajación y no hay tanto miedo a la nueva cepa. Todos sabemos lo que nos estamos jugando, que es mucho y hay que ser responsables.