Las consecuencias económicas de la pandemia han sido peores comparativamente para las mujeres. | Pexels

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El 13 % de las mujeres encuestadas en el informe 'Impactos desiguales de la pandemia en la vida de las mujeres de las Islas', elaborado por el Observatorio Social de Baleares (OSIB) de la Universitat de les Illes Balears (UIB), afirma que sufrió depresión durante el confinamiento, un porcentaje que aumenta hasta el 23,3 % en el caso de mujeres migrantes. Así lo establece el informe presentado este lunes en rueda de prensa, que encuestó a un total de 2.382 mujeres desde mediados de 2020 hasta mediados de 2021. Además, el estudio refleja que el perfil de mujeres que más han sufrido las consecuencias de la COVID-19 en las Islas son migrantes, con condiciones de trabajo precarias y que conviven con niños.

En cuanto al ámbito económico, «más mujeres que hombres se han visto afectadas por los ERTE» en Baleares. En este sentido, el 32,5 % de las mujeres de las Islas se acogieron a esta medida en julio de 2020, un porcentaje que se redujo al 10% el mismo mes de este año. De todas ellas, un 11,5 % son madres y un 12,4 % vive con menores de edad, es decir, «personas dependientes económicamente». Por otro lado, el 32,1 % de los ERTE se produjeron en empresas privadas, frente al 1,2 % de la muestra que se han acogido al ERTE trabajando en una filial pública. También se observa una gran diferencia entre mujeres españolas y migrantes en cuanto a los ERTE, siendo un 12,3 % y un 19,2 %, respectivamente, las que se han acogido a esta medida.

Por otro lado, la mitad de las mujeres encuestadas afirma que su dedicación a las labores del hogar aumentó durante el confinamiento. Esto, según el estudio, refleja que «la pandemia ha producido una refamiliarización del trabajo de cuidados, que se ha traducido en la desigualdad entre hombres y mujeres». Asimismo, muchas de las mujeres cuidadoras de personas mayores o niños o que se dedican a la limpieza doméstica en Baleares no tenían contrato -alrededor de 3.000-. Respecto a las tasas de actividad y ocupación, el estudio refleja también una brecha entre mujeres y hombres.

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En el caso de la ocupación, hay una diferencia de diez puntos en todos los trimestres de 2020, excepto en el tercero, que es de seis puntos -59,1% en los hombres y 53% en las mujeres-. No obstante, en el último trimestre del año la brecha vuelve a ser mayor en la tasa de ocupación -un 55,2% en los hombres y un 47,1% en las mujeres-. Además, sabiendo que Baleares «es una comunidad donde la actividad económica por excelencia es el turismo, caracterizado por la temporalidad», este es un factor que afecta especialmente a las mujeres.

En este sentido, las condiciones laborales «son más perjudiciales para las mujeres extranjeras», ya que según la encuesta realizada, han sufrido en mayor medida las consecuencias del trabajo a tiempo parcial, la informalidad y la inseguridad de los contratos. Por último, debido a la pandemia, se ha percibido una «bajada importante» de los ingresos laborales, «en mayor medida en las mujeres», con una diferencia significativa en comparación a mujeres migradas. De estas últimas, el 24 % han visto reducidos sus ingresos, mientras que para el 8,5 %, han desaparecido. De acuerdo al informe, para las mujeres encuestadas, el hecho de realizar trabajos de cuidados generó diferentes emociones peyorativas. El 60,5 % afirma que estaba inquieta, frente al 48,7 % que dijo sufrir estrés, el 35 %, cansancio, y el 22 %, irritación.

Asimismo, las encuestas reflejan también una desigualdad en la vivienda, ya que hay una gran diferencia entre las mujeres que durante el confinamiento vivieron sin un espacio exterior -el 44 % estaban cansadas; el 53 %, tristes; el 29 %, irritadas; y el 25 %, deprimidas-.Del mismo modo, las que vivieron en una vivienda de menos de 50 metros cuadrados confiesan haberse sentido inquietas (64 %), tristes (51 %), irritadas (27 %) y deprimidas (26 %). En cuanto a los casos de violencia machista, el OSIB advierte que aumentaron durante el confinamiento: si en marzo de 2020 se atendieron 79 llamadas al 016, en abril del mismo año fueron 147. Por otro lado, se produjo una bajada de denuncias el año pasado, «algo que debe poner en alerta a la sociedad, porque que haya menos denuncias no es una buena noticia».

De todas las encuestadas, el 71 % percibió un aumento de la violencia machista durante la pandemia. Además, el 13,5 % de las españolas y el 21,9 % de las extranjeras han confesado padecer violencia machista durante el confinamiento y solo un 7,3 % lo puso en conocimiento de la Policía. Sobre esto, las asociaciones y agentes de igualdad establecen que es necesario «reforzar la coordinación, garantizar la participación y la capacidad de propuesta de las asociaciones feministas, revisar las estrategias de intervención comunitaria y coeducación y aumentar la formación de los profesionales».