Imagen de archivo de una partida de bingo en un club de la tercera edad en Palma. | Jaume Morey

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El bingo tendrá una regulación propia en Balears. El Govern ultima un decreto para regular el popular juego que sólo está a la espera de pasar por el Consell de Govern. La normativa limita el precio del cartón en asociaciones y centros de personas mayores a diez céntimos y marca que, en cada partida no podrán jugarse más de cinco por cada jugador. La nueva normativa obligará a que estos centros presenten ante la Conselleria de Transició Energètica, Sectors Productius i Memòria Democràtica una memoria de actividades, ingresos y gastos realizados una vez al año para poder llevar a cabo este juego. Los socios de estos centros solo podrán jugar al bingo entre las cinco y las ocho de la tarde.

La nueva norma también fija requisitos para que bares y cualquier otro espacio monten partidas ocasionales durante fiestas patronales o en navidades. A partir de ahora deberán pedir también autorización para las partidas y dejar claro en qué días se celebrarán. En este caso también se establece un límite al precio del cartón: medio euro. Hasta ahora estas partidas no tenían una regulación expresa más allá de la Ley del Juego. El decreto explica que: «No se trata de prohibir esta actividad de mero entretenimiento, pero sí fijar unos requisitos y condiciones para que puedan ser autorizadas estas actividades».

La normativa también detalla el funcionamiento para las salas de juego profesionales y fija que no podrán estar a menos de medio kilómetro de colegios o zonas de recreo que frecuenten menores de edad. Detalla el procedimiento de juego tanto del bingo tradicional como del electrónico. El decreto ha pasado ya por información pública y dictamen del Consell Consultiu.

El apunte

Las propinas, en una caja hermética

El decreto también entra en las propinas que pagan los jugadores durante las partidas. Marca que deben quedar depositadas en una caja hermética en la mesa y estar siempre a la vista. Al cierre, el encargado de la sala será el responsable de abrirlas, contar todo el dinero y repartirlo en función a criterios fijados previamente entre todo el personal.