Desde el CES reconocen que los indicadores de 2021 apuntan a una recuperación económica en Balears, aunque su presidente, Rafel Ballester, matizó que puede verse afectada por la situación internacional de la crisis de los suministros. | Jaume Morey

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Balears fue la comunidad más golpeada en términos económicos en 2020 por la irrupción de la pandemia. Sin embargo, las previsiones de distintos organismos e instituciones apuntan a que será la que más rápido se recuperará. Precisamente el Govern fija el término de 2022 como la fecha en que las Islas habrán recuperado la caída de Producto Interior Bruto (PIB) del pasado año. Esta reactivación, a fecha de hoy, «puede retrasarse» por la crisis mundial de falta de suministros y encarecimiento de las materias primas. Así lo reconoció ayer el presidente del Consell Econòmic i Social (CES) de Balears, Rafel Ballester, en la presentación de la memoria de la entidad de 2020.

«Aunque no tenemos previsiones, puede que tardemos más tiempo en recuperar las cifras de 2019 por la coyuntura internacional», manifestó Ballester. En cualquier caso, consideró que «quizás, el sistema productivo de Balears esté fatigado y nos obliga a repensar el modelo». El presidente del CES indicó que la pandemia había marcado un punto de inflexión, que puede servir para diversifcar el modelo económico balear y depender menos del turismo. Con todo, admitió que se trata de «un camino largo». Destacó que el medio ambiente «cada vez tiene más peso en las decisiones futuras» y apuntó a la sostenibilidad como modelo a seguir.

Uno de los indicadores que Ballester puso sobre la mesa al referirse a la «fatiga» del sistema, fue la evolución del PIB per cápita en las Islas, que año tras año pierde posiciones respecto al resto de comunidades. El informe del CES indica que la riqueza de los ciudadanos de Balears en comparación con las otras autonomías «ha sido la más regresiva» en el período 2000-2021. Ha pasado de ocupar la segunda posición relativa a situarse en el puesto número doce. Señala, asimismo, que mientras que en el 2015 el PIB per cápita aún estaba por encima de la media española, este año ya se encuentra por debajo.

La jefa de estudios del CES, Anna Grau, puso de manifiesto esta tendencia, al tiempo que desgranó las principales cifras del impacto de la pandemia en la economía balear. Señaló la intensa caída de la actividad turística, así como los «devastadores» efectos en el mercado laboral, solo mitigados por el «efecto social beneficioso» de los expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE). Pese a que Balears fue la comunidad con mayor caída del PIB en 2020, también fue donde más aumentó la población. «La cifra de habitantes crece a un ritmo superior que en el resto de comunidades», señaló Grau. La memoria recoge que casi la mitad de la población balear ha nacido fuera. En concreto, un 22 % lo ha hecho en otras autonomías; y un 24 %, en el extranjero.

La jefa de estudios del CES se refirió, asimismo, a algunas diferencias destacables entre la actual crisis y la financiera de 2008-2009. Mientras que la anterior recesión se extendió de manera progresiva desde diferentes ámbitos tras estallar en el sector financiero y bancario y «contagiar» al resto de sectores; la actual se ha concentrado en el tiempo y ha tenido un impacto global y ha derivado en un empobrecimiento generalizado. De todos modos, se espera «una recuperación más concentrada en el tiempo». Por su parte, el secretario del CES, Josep Valero, destacó que mientras la anterior crisis obligó al rescate de los sistemas financieros, la actual ha precisado activar mecanismos de ayuda y de deuda por parte del sector público.