En el subsuelo del edificio de Ca’n Morey se encontraba un refugio antiaéreo que data de la Guerra Civil. | Emilio Queirolo

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La primera edición del festival de arquitectura Open House en el que más de 80 edificios públicos y privados reformados abrían sus puertas para visitas guiadas se saldó con casi 5.000 citas. Durante los dos días que dura el festival (domingo y lunes) también se llevarán a cabo conferencias, talleres infantiles o rutas guíadas a pie o en bicicleta.

Entre los proyectos que se pudieron conocer gracias a un equipo de voluntarios destacaron el Parlament, el Teatre Principal, o el Casal Solleric, así como construcciones particulares como el estudio de arquitectura Ca’n Morell o un piso de la calle Sant Miquel reformado mediante aparcería (masovería) urbana.

Reconversión

Cuando el arquitecto Antoni Borràs adquirió el edificio de Ca’n Morell en 2008 este estaba separado en dos: un horno en la planta superior y un establo en el sótano. «El mayor reto que me encontré en esta reforma fue unir los dos espacios que, juntos, suman unos 110 metros. Lo logré mediante una escalera japonesa».

Otro caso de éxito es el de la reforma del piso en el que vive el arquitecto Carles Oliver en la calle Sant Miquel. Oliver pactó con el propietario de su piso un contrato de aparcería urbana. «Buscaba una casa que rehabilitar a cambio de alquiler. Ofrecí 18.000 euros antes de entrar. Cuando llegué no estaba muy mal a nivel de patologías estructurales pero no cumplía los criterios de habitabilidad que hoy querríamos».