El director de fotografía Thiago Prestes (derecha) durante la grabación de los sepultureros.

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Los dos días de trabajo intenso de Adenilson y Zeca, dos brasileños sepultureros, resumen un año de pandemia en pleno apogeo. En dos días, Adenilson y Zeca caminan bajo la sombra de la muerte. Ella los mira y ellos la rehuyen como pueden.

Ellos son el hilo que conduce el cortometraje documental Deus me livre (Dios me libre), que ha coguionizado el documentalista y periodista mallorquín Luis Ansorena –conocido por su anterior trabajo visual Overbooking– junto al documentalista brasileño Carlos Henrique de Oliveira, ambos fundadores de la productora Monkey Fingers. Durante 16 minutos, la historia elogia el factor humano que ha luchado contra viento y marea en uno de los territorios del mundo más azotados por el virus.

«Cuando se habla de pandemia, todos son estadísticas de muertes. Entonces, nos pareció interesante hablar del tema pero desde el punto de vista humano, acceder al día a día de estas personas, ver sus miedos, prejuicios o cómo reaccionan a esta crisis sanitaria según su contexto cultural», cuenta Luis. En un momento del corto, un protagonista le dice a otro que tiene lágrimas invisibles, en el sentido de que lo que está viendo le trastoca pero no puede llorar. Así lo vivieron en agonía en el cementerio de Vila Formosa, el mayor camposanto de América Latina.

El cortometraje fue rodado en dos días en julio de 2020. Luis Ansorena explica las dificultades para conseguir un permiso y grabar en el cementerio Vila Formosa, pues en ese momento la ciudad de Sao Paulo tenía los índices más altos de mortalidad por COVID-19. «Lo impresionante fue la confianza que hubo con los dos protagonistas de principio a fin».

A pesar de que Carlos Henrique de Oliveira y el fotógrafo Thiago Prestes realizaron las labores de rodaje, Luis, desde Barcelona, pudo trabajar a distancia para hacer este corto posible.

Esta pieza visual no solo muestra la carrera de dos sepultureros para enterrar la oleada de muertos que llegan al cementerio, sino también sus costumbres. Así, la cámara acompaña a estos brasileños a sus templos mientras piden ayuda a Dios. El cortometraje ha contado con la participación de los compositor y músicos mallorquines Jaime García Soriano y Toni Morales desde Monoboost Studios. Asimismo, el equipo consiguió la licencia de la canción Não Tenho Medo da Morte, del prestigioso músico brasileño Gilberto Gil.

Deus me livre consiguió una financiación para la producción y ahora ha sido seleccionado en el Festival Curta Cinema, que se celebra desde el 3 al 10 de noviembre en Río de Janeiro.