Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa.

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Las actividades vinculadas a la economía azul generaron en Baleares un valor añadido bruto de 5.131,13 millones de euros al año, a través de un tejido empresarial de 6.464 empresas que ocupan a 87.831 trabajadores, según el último balance prepandemia divulgado por la Fundación Impulsa este jueves.

Con estas cifras, su aportación a las cuentas regionales se concreta en una sexta parte del valor añadido (16,7%), así como del empleo (17,2%), mientras que concentra más de una décima parte del tejido empresarial balear (11,1%).

En términos generales, ha explicado la Fundación Impulsa, «el desarrollo de la economía azul descansa sobre las fuertes bases de conocimiento acumuladas a través de la especialización turística del archipiélago y las necesidades de transporte de un territorio insular».

La economía azul es un concepto que posee similitudes con la llamada economía circular. Ambas se basan en la sostenibilidad del modelo a largo plazo. La economía azul tiene como idea principal imitar el comportamiento de los ecosistemas naturales. En ellos, la generación de residuos es casi nula y todo es aprovechable o transformable. Persigue que los residuos y desechos sean reintroducidos de nuevo al proceso económico como materias primas de otros productos.

La mayor contribución al valor añadido azul se efectúa a través de los segmentos del turismo de costa –como el alojamiento (66,5%) o el resto de las actividades de restauración, transporte y comercio (24,6%)–, la construcción y reparación de embarcaciones (3,3%), el transporte marítimo (2,8%) y, en una menor medida, la explotación de recursos marinos vivos, relacionada con la pesca, la acuicultura y la industria alimentaria basada en los productos del mar (1,7%).

La ventana de oportunidad que supone la economía azul para reconfigurar algunas de las cadenas de valor más importantes del Archipiélago ha centrado la conferencia inaugural que Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa, ha impartido en la tercera edición del Foro Marino, en Ibiza, junto a la bióloga y exploradora marina Sylvia Earle.

En la situación actual, ha remarcado «recuperación y reformulación han de ir de la mano y la oportunidad ‘azul’ sigue ahí, pues abre nuevas posibilidades de especialización (lo que producimos y cómo lo producimos) y permite, al mismo tiempo, activar la palanca de la sostenibilidad ambiental sobre el mar, nuestro principal banco de recursos».

Según los datos del ejercicio 2020, las actividades que ahora permanecen vinculadas a la economía azul apelan a un conjunto de 15 clústeres o industrias exportadoras que representan el 18,5 % de la cartera de clústeres y el 5,8 % del agregado regional.
Entre estos clústeres, destacan, en el top-5 de la economía azul, los relacionados con transporte y logística (35,2 %), transporte marítimo (18,9 %), alojamiento y turismo (16, 3%), servicios empresariales (9,1 %) y servicios medioambientales (5,5 %).