De izda. a derecha, Miquel Porquer, Josep Franco, Catalina Riera, Antoni Amengual, Lina Pons, Gori Ferrà y Sebastià Salas, en la rueda de prensa del 21 de julio en la que anunciaron su dimisión.    | Teresa Ayuga

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Un informe elaborado por el jurista y profesor de Derecho Constitucional en la UIB Sebastià Rubí concluye que el presidente del PI Antoni Amengual y los otros seis cargos que anunciaron la dimisión de sus cargos lo hicieron como miembros de la dirección y también de la ejecutiva. Da, pues, la razón a los ‘melianistas’.

El informe dice que el 19 de julio, al empezar una reunión conjunta de las ejecutivas balear y de Mallorca, Antoni Amengual presentó su dimisión y añadió que Lina Pons, Miquel Porquer, Sebastià Salas, Gori Ferrà, Josep Franco y Catalina Riera «también dimiten». Según consta en el acta, esos asintieron. Añade que estas personas remitieron un escrito al secretario general, al día siguiente, en el que «ratificaban su intención de dimitir». El mismo día, en rueda de prensa, los dimisionarios «dijeron expresamente que ‘dimitimos de la permanente y la ejecutiva’». Pero el 26 de julio, Salas, Ferrà, Riera y Franco registraron un escrito en el que dimitían de la dirección, pero no de la ejecutiva.

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El informe, que concluye que las dimisiones presentadas verbalmente son jurídicamente válidas, descarta que los dimisionarios pudieran acogerse a un artículo de los estatutos que dice que los afiliados que cesen seguirán en sus cargos hasta que tengan un sustituto. El jurista considera además que las ejecutivas pueden seguir operando porque tienen suficiente quórum, pese a las bajas.

El informe lo encargó el secretario general Tolo Gili (’melianista’). Catalina Riera, ‘amengualista’, rechazó el informe porque es «de parte» y dijo que su corriente sí aceptaría un arbitraje si fuera «independiente» y corriera a cargo del Col·legi d’Advocats.

Sin quórum

El PI celebró ayer una reunión de la ejecutiva balear convocada por los ‘amengualistas’ para aprobar el reglamento del congreso sin el acuerdo de los ‘melianistas’, que impugnaron la convocatoria de la misma. Discutieron acerca del reglamento, pero no alcanzaron ningún acuerdo. Antes de que se procediera a votar, los ‘melianistas’ se levantaron para dejarla sin el quórum suficiente y no fuera válida a efectos jurídicos.