A la izquierda una fotografía promocional del Caló des Moro compartida por un organismo oficial. A la derecha, las colas típicas de agosto. Algunas voces atacan las imágenes que difunden una estampa idílica del caló, probablemente captadas fuera de la temporada alta. | Redacción Digital

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El conseller de Turisme del Consell de Mallorca, Andreu Serra, considera un tanto anecdótica la polémica reciente sobre el Caló des Moro, la emblemática cala de Santanyí de actualidad en estos días del final de agosto. Ratifica que las imágenes con las que se promociona el paraje no están retocadas, y mantiene el compromiso de buscar soluciones para regular los flujos de visitantes, tanto para favorecer una experiencia positiva de estos como para salvaguardar los entornos naturales. «Mallorca tiene mil alternativas a las que acudir, mil rincones con encanto que visitar, y el turismo será sostenible o no será».

Serra, que también preside la Fundació Turisme Mallorca encargada de la promoción turística de la Isla, ha recordado que «asistimos a una temporada alta atípica», condicionada por la pandemia de coronavirus, y califica lo vivido en estos días en el Caló des Moro como «un hecho puntual». En todo caso «nuestra apuesta no es tanto la del volumen sino la del valor», destaca.

«Es relativamente normal que mucha gente a la vez en pleno agosto quiera disfrutar de un espacio emblemático como este, que genera mucha expectación. Pero el hecho de su espacio limitado y la necesidad de mantener las distancias impide que todos puedan entrar», explica el conseller, que recuerda que «en estos momentos tenemos entre un 65 y un 70 % de ocupación, no estamos para nada saturados», a pesar de que los lugares más atractivos y populares de la Isla registren puntas de alta afluencia.

PALMA. ENERGIAS ALTERNATIVAS. eMallorca Challenge cumple el objetivo.
El responsable insular de Turisme insiste en la apuesta institucional de primar la calidad antes que la cantidad. Foto: M.À.C.

La cuestión no es nueva del todo, aunque a finales del mes de agosto quizás se intensifica. La alarma saltó este pasado miércoles, cuando en el caló de Santanyí era preciso guardar horas de cola para acceder al minúsculo y bello arenal. Muchas de las personas que esperaban su turno, con más o menos paciencia, se sorprendían al ver la estampa de la pequeña cala. No era lo que esperaban, no era lo que habían visto y algunos se sentían defraudados.

Frente a esto Serra manifiesta que «las imágenes promocionales del Caló des Moro no tienen retoque fotográfico. Muestran la fisonomía de la playa tal y como es, sin gente al igual que hacen todos los destinos del mundo. Ningún destino turístico promociona sus playas con gente, también por una cuestión de protección de datos. Nosotros intentamos mostrar la belleza de la Isla y en este sentido podemos afirmar que es tan bonita como reflejan las imágenes».

Es cierto que la afluencia de turistas y visitantes en Mallorca se percibe de forma más intensa en aquellas zonas que por sus características no encajan bien la masificación. Una de las clásicas es la mencionada área del litoral santanyiner, pero hay algunas más como es Trenc, Formentor o Cala Pi.

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Ante esta realidad el conseller insular de Turisme apunta al trabajo que realiza el ente local por regular los flujos de visitantes en aras de proteger «la calidad del servicio que prestamos». «Lo importante es el gasto por turista, diversificar y desestacionalizar, y ante la necesidad de ser escrupulosos con los aforos desde el Consell hemos impulsado la app Platges de Mallorca, que busca que el turista pueda encontrar alternativas».

Lamentablemente esta aplicación no es muy conocida entre el común de los visitantes, ni siquiera entre los propios mallorquines, a pesar de que ofrece información valiosa en tiempo real sobre el estado de las playas, y puede evitar desplazamientos innecesarios.

Se puede descargargar la App y/o actualizarla en este enlace para los móviles con sistema operativo Android; en este otro para los terminales de Apple con IOS.

En este sentido, el responsable de Turisme del Consell manifiesta que «las nuevas tecnologías pueden ayudar mucho, debemos estudiar nuevas soluciones tecnológicas, en común con los ayuntamientos y la Demarcación de Costas, para encontrar nuevas soluciones. Quizás poder reservar un espacio con antelación. Para ello los proyectos Next Generation apoyados por los fondos europeos de recuperación tras la COVID pueden ser muy útiles», afirma el conseller, sin precisar plazos concretos aunque «debemos trabajar juntos para alcanzar este horizonte».

En momentos en los que se exige guardar un mínimo de distancia interpersonal aun se reduce más el espacio habilitado para los playeros, ávidos de tomar el sol y los saludables baños de mar, así como de compartir las imágenes en las redes sociales para dar envidia –sana– a sus seguidores.

Frente a esto el presidente del grupo ecologista GOB, Amadeu Corbera, ha solicitado a todos los grupos políticos abordar el asunto en el Parlament.

«Nuestro mensaje es que el turismo o es sostenible o no será y es un proceso en el que trabajaremos la iniciativa publica y privada de la mano», recalca el conseller. «El Observatorio de Turismo Sostenible que estamos poniendo en marcha busca medir los indicadores de sostenibilidad, compararlos y buscar procesos de mejora», en un contexto en que cualquiera puede acceder a los puntos recónditos y emblemáticos de la costa, que se promocionan en escaparates masivos como Instagram o en blogs de viajes, y a los que llegar se antoja un juego de niños gracias a aplicaciones como Google Maps.