El premiado olivo centenario de Can Det, en Fornalutx. | Ultima Hora

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En estos tiempos pandémicos una olivera de Fornalutx ha sido elegida como el mejor olivo monumental de España, y razón no le faltaba al jurado. El reconocimiento fue otorgado por la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), que en base a estudios técnicos, sostiene que el ejemplar de Can Det, con un perímetro de más de 6,5 metros, «probablemente fue plantado en el siglo IX» y por tanto habría sido testigo de la conquista catalanoaragonesa en el siglo XIII. El ejemplar se encuentra en un olivar que proporciona las aceitunas que se procesan en la antigua tafona de Can Det de Sóller. Una de las más antiguas de Mallorca.

Olivos y cultura

A lo largo de la historia las referencias a los olivos centenarios son constantes. La pintora Pilar Montaner (1876-1961) definió a los olivos de Valldemossa como «penitentes». Otro excelente pintor, Santiago Rusiñol (1861-1931) escribió que los olivos mallorquines son como ciertos poetas que se atormentan, retuercen y contorsionan el magín (imaginación, inteligencia) para parir un soneto.

Enamorados de los olivos centenarios de Mallorca
Foto de Josep Marimon Vidal, ‘Olivera’ en la zona de El Toro, Calvià (1927).

Por su parte, la premio Nobel chilena Gabriela Mistral, que estuvo en Mallorca en la década de los treinta y visitó Valldemossa, escribió que «las cabras, las peñas negras y los olivos» animaron la poesía de Rubén Darío, ya que el poeta nicaragüense vivió un tiempo en el precioso palacio del Rey Sancho.

Unamuno y Azorín también quedaron encandilados por los olivos centenarios, y lo mismo les pasó a muchos excursionistas y fotógrafos que visitaron Mallorca, como el músico y compositor catalán Francesc Brunet Recasens (1900), el arqueólogo Agustí Duran i Sanpere, el fotógrafo Josep Marimon Vidal, o aquel magnífico fotógrafo que fue Otto Wunderlich (1886-1975) y que publicó sus instantáneas en las mejores revistas españolas de su época.

Enamorados de los olivos centenarios de Mallorca
Fotografía de Francesc Brunet Recasens (1900).

Degustemos aquí las viejas fotografías de nuestros olivos viejos, un patrimonio que deberíamos conservar con mucho esmero porque la ecología empieza no por la empanada mental politológica y Greta, sino por repoblar, conservar y escuchar, que diría Antonio Colinas, la llamada de los árboles y si esos árboles son antiguos, mejor.