Esau Franco y Nayra Vidal.

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El café bar Macheguito servirá este domingo a mediodía sus últimas comidas. Su propietario Esau Franco, que llegó de Ciudad Real para abrir el establecimiento en febrero de 2020 (mes y medio antes del estallido de la pandemia) se rinde incapaz de hacer frente a unos gastos que superan con creces sus ingresos. «Me voy a Londres a dedicarme a las vías de trenes para pagar a los proveedores con la esperanza de poder volver en el futuro», dice el joven emprendedor.

De poco le ha servido el lema que luce en la mascarilla ‘Salvemos la Hosteleria’. Se estableció primero en el Vivero y el 4 de diciembre (pese a las dificultades) abrió un segundo local en calle Industria. «Hace un mes que lo traspasé. Abrimos el 4 de diciembre y el 16 cerraron los interiores. Aguanté todo lo que podíamos», dice. Como operario de vía había recorrido «media España», hasta que «con toda la ilusión vine a montar el negocio a Mallorca», añade.

Agradecimiento

Pese al difícil momento que atraviesa, le sobran palabras para «agradecer de todo corazón a todo el mundo que ha estado este año tan difícil. Me llevo una familia», dice.