Sandra Fernández, secretaria general del PP balear. | M. À. Cañellas

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Sandra Fernández vuelve a la política como secretaria general del PP balear tras haberla dejado hace unos años y dice que lo hace por la ilusión que genera en el partido la nueva presidenta del PP, Marga Prohens.

¿Por qué se fue?
—Tenía claro que quería emprender un nuevo reto profesional. Comencé muy joven en política, en Nuevas Generaciones, y he tenido el privilegio de asumir puestos de responsabilidad en mi carrera. La política me ha permitido comprobar que soy una apasionada del mundo de los servicios sociales, que es lo que he hecho estos años a través de una empresa que monté.

¿Y por qué ha vuelto?
—Marga Prohens ha generado mucha ilusión en el partido. He tomado la decisión basada en esa ilusión y porque es Marga Prohens, una persona en la que creo y con la que me identifico, porque he trabajado con ella en el Parlament. Es una gran líder. Estoy segura de que vamos a ganar las elecciones con un proyecto pensado para solucionar los problemas de los ciudadanos que genera ilusión y que tiende puentes.

¿Su elección tiene algo de reparación con una parte del partido que se había alejado?
—No lo creo así. Tiene que ver con una cuestión de afinidad y de confianza, porque ella ha pensado que soy una persona idónea por otras responsabilidades que he ocupado en el partido. Ha habido otras personas que también se habían alejado y volverán porque el partido también había sufrido un desgaste importante.

¿Cuál será su primera misión?
—La prioridad es organizar la estructura el partido con el cierre de todos los nombramientos del equipo y coordinarnos con la estructura insular y local. Soy una persona muy municipalista y la fuerza del PP está en las juntas locales. Tenemos una estructura territorial muy potente que hay que reforzar.

Calvià, Andratx, Inca... Se va a encontrar con problemas en municipios muy importantes.
—Creo mucho en la autonomía de las juntas territoriales para que puedan decidir con cierta libertad y para que sean responsables de solucionar problemas. Hay que arreglar problemas pendientes, pero no me preocupa especialmente porque sé que se van a solucionar. La gente ha entendido que aquí hay un proyecto común pensado para los ciudadanos. En municipios donde gobernaba el PP y ahora gobierna la izquierda se ve la diferencia, además de otras cuestiones que también me preocupan, como la deriva que está tomando la izquierda alejada de nuestro modelo de convivencia y de libertad. Somos un alternativa, y eso va a pasar por delante de otras cuestiones, estoy segura.

¿Hay que recuperar a algunos de los que se fueron, incluido Bauzá?
—Hay personas que se alejaron del partido al sentirse desmotivadas de la política o desilusionadas, a los que hay que animar para que vuelvan. Este partido está abierto para ellos. Otras que se han ido por otra serie de cuestiones, que hagan su vida.

Usted fue ‘bauzanista’ como consellera suya.
—No me identifico con las etiquetas. Allí donde he estado ha sido por mi trabajo y así lo he sentido desde que empecé en Nuevas Generaciones. He trabajado con muchísimas personas, entre ellas con José Ramón Bauzá, y debo decir que me siento muy orgullosa del trabajo que hicimos todo el equipo en la Conselleria en unos momentos muy complicados. Logramos concertación social, una ley de menores extutelados, se mejoró la dependencia, se aprobó un plan de igualdad por consenso... Me da igual la etiquetas, pero creo que trabajamos bien.

¿Queda algo de ‘rodriguismo’ en el PP de Baleares?
—He intentado aprender de todas las personas con las que he trabajado. Ahora se abre una etapa nueva y debemos quedarnos con lo mejor de todas estas experiencias. Marga Prohens ha demostrado que es una persona con entidad propia y con una evolución de las más increíbles que yo he visto en política. Esta última semana ha dado un paso de gigante como líder. Mirar al pasado está bien para quedarnos con lo que funciona, pero ahora miramos adelante.

Ya ha llegado una denuncia a la Oficina Anticorrupción. ¿Qué opina?
—Ella ya ha dado todas las explicaciones y lamento ese momento desagradable en lo personal que ha tenido que vivir. Creo que debemos empezar a hacer el planteamiento de que no todo vale porque es verdad que algunas personas han hecho cosas mal, pero muchas otras han sido víctimas de situaciones muy injustas. La política debe volver al sentido común, la moderación y a debates con argumentos. Hay que bajar mucho la agresividad en política porque no todo vale, y la presunción de inocencia es fundamental.

Armengol ya les está acusando de crispar.
—Armengol no ha escuchado nada. No escuchó el discurso de Marga Prohens, que se lo podemos mandar para que vea que el planteamiento del PP es todo lo contrario a crispar. Habla sin escuchar al otro y eso es un error, pero estamos ante el problema de que se confunde la crítica que debe hacer la oposición para mejorar las cosas, que es su papel, con crispar.