Catalina Cladera en su despacho. Dice que le gustaría volver a ser la candidata en 2023. | M. À. Cañellas

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Catalina Cladera (sa Pobla, 1972) cumplió este mes de julio dos años como presidenta del Consell.

Usted viene del Govern y ya lleva dos años al frente del Consell. ¿Se lo imaginaba así?

—Por lo que me habían explicado me lo imaginaba así. Además, como auditora de cuentas ya lo conocía un poco. Sabía que era una institución que necesitaba fuerza, empuje, dinamismo. En la investidura dije que queríamos que fuese una institución útil y más moderna.

Lo de modernizar el Consell ya lo decía Ensenyat. ¿Aun hay que reivindicarlo?

—Más que reivindicarlo hay que demostrarlo, que es lo que hacemos. Tenemos que resolver necesidades de todo tipo a la ciudadanía. Creo que lo hemos hecho con la pandemia, con las residencias; hemos ampliado servicios y hemos sido ágiles y rápidos con las ayudas.

Diría que los mallorquines creen que el Consell hace las carreteras y gestiona los servicios sociales, pero el resto de competencias se perciben como difusas.

—Creo que en turismo también estamos demostrando nuestra utilidad. Hacemos la promoción de una forma muy diferente, nos estamos convirtiendo en un referente. Hay que seguir demostrándolo en el resto de competencias.

Carreteras. Han inaugurado la autopista de Campos y los enlaces de Lloseta y el polígono de Santa Maria, dos obras que Garrido dejó iniciadas. ¿Estrenarán alguna otra vía? ¿Y el tramo del segundo cinturón que va de Son Ferriol al Coll d’en Rabassa está en los Acords de Raixa y el proyecto aun no está redactado.

—Estamos sacando otras obras: la rotonda de Camp de Mar, otra en la carretera de Sineu a Inca o la de Raixa. Vamos invirtiendo. De todos modos, los Acords de Raixa suprimieron las grandes infraestructuras; solo dejamos este tramo del segundo cinturón que mencionaba, que es una infraestructura voluminosa y difícil de resolver técnicamente. Intentamos darle una solución más integradora, ya que el anteproyecto anterior no nos convence. Por otro lado, trabajamos en la ronda de Inca, que está pendiente de Medi Ambient; la ronda de Artà, cuyo proyecto estamos comenzando a redactar, o la carretera de ses Salines a la Colònia.

Hace poco acordaron un nuevo convenio de carreteras con el ministro Ábalos que salvaba las inversiones comprometidas por Madrid. Ábalos ya no está en el Gobierno. ¿Peligran estos millones?

—No peligran. Es un tema que no me preocupa. No he hablado con la nueva ministra, pero sí con el secretario general de Infraestructuras.

El Ministerio de Administraciones Públicas también se comprometió a equiparar los consells con los cabildos canarios, otra de sus reivindicaciones. Pero el ministro Iceta también cesó. ¿Mantendrá Madrid su compromiso?

—Confío que el nuevo equipo mantendrá el acuerdo, que será la primera vez que el Estado reconoce nuestra singularidad. Es muy importante para los consells. Por cierto, cuando se modificó la ley estatal para mejorar las competencias de los cabildos canarios se propuso a los consells, pero a Maria Antònia Munar no le interesó.

¿Cuáles son sus planes para la Serra de Tramuntana? Los propietarios se quejan del actual sistema de ayudas.

—A finales de este año entregaremos la ley de la Serra al Parlament. Podría aprobarse en 2022. Esta ley generará un espacio de cogobernanza entre administraciones y propietarios. Es cierto que los propietarios se quejan del sistema de subvenciones. Hay que mejorarlo.

¿Cómo?

—La idea es agilizarlo, sea vía ley o vía Consorci de la Serra de Tramuntana. Critican las trabas administrativas, pero hay que admitir que la Serra es un espacio con varias capas de protección. De todos modos, uno de los objetivos de la ley es simplificar los trámites. También creo que tenemos que poner más recursos con el fin de ayudar a los propietarios, que ya hacen mucho pero necesitan más apoyo.

La relación con sus socios parece más tranquila que en el Govern. Aquí Més no se desmarca tanto.

—Sí. En el Govern siempre hay ruido mediático, por las decisiones que toma o por su propia incidencia. En el Consell gobernamos cómodamente.

Una de las divergencias ha surgido en relación a la vacunación de la directora insular de Gent Gran. Usted se comprometió a pedir un informe y aun no lo han hecho.

—No comparto la polémica que se generó. Fíjese que ahora preocupa más que un alto cargo o un trabajador de alguna residencia no se haya vacunado. Había distintas opiniones dentro del gobierno y se acordó encargar un informe donde cada partido designaría un especialista. Falta que las personas designadas se reúnan y lo redacten.

Con el PI también mantienen una buena relación.

—Sí, y espero que se mantenga con el cambio de liderazgo que pueda producirse. Se abstuvieron en la investidura y en los dos presupuestos y participaron de forma responsable en la comisión política de menores. Ya lo dije en el debate: pido a la oposición que sea responsable.

¿Cs también lo ha sido? ¿Llegaron a algún acuerdo con ellos sobre los menores?

—No hay ningún acuerdo con Cs. Mantengo que todos los partidos deberían haber participado en la comisión.

¿Tiene ganas de repetir como candidata al Consell?

—Estoy a disposición del partido. Pero sí que me gustaría continuarlo porque quedarán cosas pendientes. Creo que hemos hecho un buen trabajo estos seis años y podemos hacer todavía más cosas.