Los efectos negativos de la pandemia son evidentes. | Efe

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El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en Baleares se sitúa en el 22 %, el 31,7 % no puede permitirse irse de vacaciones fuera de casa una semana y el 36,6 % no puede afrontar gastos imprevistos.

Además, el 13,1 % tiene problemas para el pago de la vivienda principal o con el abono de las compras a plazo y el 9 % encuentra muchas dificultades para llegar a fin de mes.
Son datos de Baleares de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2020 que publica este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En España, el porcentaje de población en situación de carencia material severa se situó en 2020 -año de inicio de la pandemia- en el 7 % frente al 4,7 % del año anterior y aumentó también el número de personas con dificultades para llegar a fin de mes, asumir gastos imprevistos o irse de vacaciones al menos una semana al año.

La encuesta también refleja un ligero aumento del porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social, que pasó del 25,3 % en 2019 al 26,4 % en 2020.

Aunque los principales datos de la encuesta corresponden al año 2019, el INE también pregunta por cuestiones que describen la situación económica de 2020 y permiten comprobar el efecto de la pandemia en la situación económica de los hogares.

Así, el 10 % de la población encuestada manifestó llegar a fin de mes con «mucha dificultad» en 2020, un porcentaje 2,2 puntos superior al registrado el año anterior.

Además, el 35,4 % no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos -frente al 33,9 % de 2019- y el 34,4 % no se podía permitir salir de vacaciones al menos una semana -un punto más-.

El porcentaje de población en situación de carencia material severa en 2020 se situó en el 7 %, frente al 4,7 % del año anterior y los principales problemas estuvieron relacionados con retrasos en el pago de gastos de la vivienda (13,5 % frente a 8,3 % en 2019), dificultades para mantener la casa con una temperatura adecuada (10,9 % frente a 7,6 %) y no poder permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días (5,4 %, frente a 3,8 %).