Erika Fernández en el momento de recibir la vacuna contra la COVID. | Redacción Digital

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El proceso de vacunación del la COVID avanza a pasos agigantados hacia las edades más jóvenes. Erika Fernández es una de las primeras niñas de Mallorca en vacunarse contra el coronavirus. «Ha sido súper rápido, en menos de quince segundos estaba fuera», cuenta la pequeña, diagnosticada de fibrosis quística, minutos después de recibir la primera dosis de Pfizer.

Junto a Erika, otros 300 menores de 12 a 15 años con alguna enfermedad de gravedad, han sido llamados en los últimos días para inmunizarse contra el virus. En Mallorca, lo están haciendo en el Hospital Universitari Son Espases, la mayoría en una línea específica de nueve niños por hora a la que deben acudir acompañados. «Estaba un poco nerviosa, pero ni me he enterado», confiesa la menor, que anima a pequeños y mayores a vacunarse.

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La pequeña ha acudido a la cita acompañada de su madre Susana Molina, que no puede evitar mostrar la emoción del momento. «Han sido muy amables», asegura. Sin duda, para esta familia es un paso más hacía la normalidad. «Afrontamos el verano con más tranquilidad, me ha dado un subidón de alegría», cuenta Molina.

Erika Fernández
La menor de 12 años muestra la hoja de vacunación.

La madre cuenta que cuando llamaron del Servei Salut hace unos días para informarle de que estaban empezando a vacunar a menores con patologías de riesgo, como es la fibrosis quística, no dudo en decir que sí. «Lo teníamos claro», afirma.

A pesar de ser un día feliz, Molina recuerda que la vacuna no les exime de contagiarse. «Seguimos con cuidado, hay que tener mucha preocupación», recuerda la progenitora. Erika y Susana ahora respiran un poco más tranquilas. Hoy ha sido un día especial, en 21 días volverán a Son Espases y, quizá, ya no sea la única niña.

Erika Fernández y su familia
Erika Fernández, junto a su familia.