Varias reses en una explotación ganadera de las Islas. | Gemma Andreu

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El gerente de Asaja en Baleares, Joan Simonet, lo tiene claro. No va a pedir la dimisión de Alberto Garzón, como ya han hecho otras delegaciones territoriales de la asociación de productores del campo, aunque sí cree que el ministro de Consumo no debería haber alcanzado nunca ese puesto, ya que la polémica sobre el consumo de carne que ha generado a través de la última campaña del ministerio ha demostrado su alarmante desconocimiento de la realidad que viven a diario los productores.

Para Simonet, lo peor de todo es que Garzón «no conoce al sector agrario y ganadero ni quiere conocerlo», algo que según su opinión lo diferencia en buena medida de la actitud de las autoridades baleares, con las que Asaja mantiene una buena sintonía. «Nos sentimos bastante escuchados», dice Simonet con respecto a la interlocución que ejerce el departamento de Agricultura y Ganadería del Govern, que dirige Mae de la Concha.

Curiosamente De la Concha y Garzón provienen de la misma cuerda política, aunque los representantes del sector reconocen evidentes diferencias de sensibilidad entre ambos. Mientras el ministerio de Consumo pone el foco en la reducción del consumo de carne, la conselleria d'Agricultura, Pesca i Alimentación del Govern promociona el consumo de carne local, en un contexto dificultoso por la amenaza de la lengua azul planeando sobre las explotaciones ganaderas.

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«El problema es que el ministro de Consumo escucha a unos cuantos iluminados, animalistas y ultraecologistas, que no conocen ni quieren conocer al sector ganadero, lo que aporta y todas sus problemáticas». «Crean ministerios que no harían falta y luego pasan estas cosas», puntualiza.

Es la reacción en clave balear de una polémica que en las últimas horas ha acumulado un gran número de reacciones a todos los niveles, incluso la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien con una opinión personal se ha alineado con el ministerio de Agricultura y el grueso del ramo.

Para el gerente de Asaja queda claro que el ministro se ha doblegado ante unos determinados lobbies. Además censura que Alberto Garzón no discrimine y meta a todo tipo de explotaciones ganaderas en el mismo saco, incluso aquellas que utilizan métodos menos intensivos y tradicionales.

«Dice que la carne es perjudicial, sin diferenciar nada, a saco. Me recuerda a la campaña que hubo hace unos años para criminalizar el embutido. ¿O es que la sobrasada no es parte de la dieta mediterránea?», remarca el gerente de Asaja en las Islas.