No sólo el megabrote ha marcado un antes y un después, también a las ‘no’ fiestas de Sant Joan, en Ciutadella, se les debe el cambio de tendencia. | JOSEP B. GOMILA

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«Sabemos qué ayuda a controlar [la transmisión] pero hay que ver si se puede poner en marcha». Éste es el primer ‘pero’ con el que se encuentran los técnicos de Salut para volver a hablar de restricciones.

Si bien la presidenta, Francina Armengol, explicó en la presentación del certificado digital que no se volvería atrás en la desescalada pese al incremento de incidencia si ésta no afectaba a la situación hospitalaria; el portavoz del comité de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, no fue tan claro: «ahora se está hablando para ver si hay que hacerlas», matizó. Pero el ejemplo fue el mismo: el freno de la desescalada. «Hablábamos de abrir el ocio nocturno y ya no se hará», dijo, aunque en ninguno de los dos casos se trata de volver a aplicar restricciones, sino de no avanzar en la apertura.

Ayer se notificaron 299 casos y la incidencia acumulada a 14 días siguió escalando hasta los 128,3 por 100.000 habitantes. «Es una situación crítica, o muy tensionada epidemiológicamente», advertía el experto. «No sabemos qué porcentaje de brotes están detrás de estos contagios y qué parte es transmisión comunitaria», reconoció. Los próximos días serán claves para conocer bien la situación de Balears.

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Pese a decir que la situación es crítica, Arranz descartó que estemos en una nueva ola y prefirió referirse a un «repunte». «Me resisto a pensar que es un aumento vertical porque un alto porcentaje tiene la resaca de los brotes y en unos días debería disminuir».
Cuando el experto habla de brotes, todos ellos tienen el mismo perfil: uno empezó en una zona de botellón de s’Arenal y tiene 65 casos relacionados; otros tantos tienen relación directa con «el botellón» de Sant Joan, en Ciutadella.

La situación en Menorca es la más descontrolada, de ahí que se anunciara un cribado masivo para la semana que viene en Ciutadella entre la población más joven. Lo mismo se está estudiando para las zonas más afectadas de Mallorca como podrían ser la Platja de Palma o Trencadors, aunque todavía se tiene que perfilar.

A todo esto, «el rastreo es ahora más complicado por la franja de edad», se refirió a los más jóvenes (la incidencia entre los 19 y 26 años ya es de 447), porque «no conocen a la gente con la que están en una fiesta», señaló. Además, «muchos creen que la enfermedad es más leve y no facilitan sus contactos, pero a sus amigos sí. Es difícil», señaló.

Contagios

Si bien la mayoría de los contagios se producen entre los jóvenes, «los que ingresan son de 40 a 50 años», dijo Arranz. Ayer había 66 pacientes hospitalizados, 13 de ellos en UCI. «Los datos están dentro de la tónica del resto del país, no hay ocupación importante de las UCI, estamos en un 4 %», añadió.