Marina Sagrera en el Paseo Mallorca. | Jaume Morey

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Marina Sagrera es la voz de muchos mallorquines. La joven publicó de manera espontánea un vídeo en contra del comportamiento de los estudiantes y se ha convertido en tan sólo unas horas en la cara visible de la otra protesta: la de la frustración y el enfado por quebrantar la buena situación epidemiológica de las Islas tras muchos meses de esfuerzo.

«Cuando abren la veda, volvemos un poco a lo que nos da de comer y vienen niños en su viaje de estudios; que son adultos para beber, para emborracharse y para ir a fiestas pero son niños para asumir las consecuencias. Si en tu casa, no podías salir y estabas obligado a usar mascarillas, aquí las medidas son las mismas. ¿A que veníais?», argumenta la mallorquina.

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La joven pone voz a la desesperación de muchos ciudadanos al ver y escuchar las imágenes de padres y jóvenes que culpabilizan a la Isla de lo ocurrido durante los viajes de estudios. «Mallorca no tiene la culpa del macrobrote, la culpa la tienen los niños», asegura Sagrera.

«Grabé el vídeo en un arrebato al ver las noticias de las jóvenes que decían estar secuestradas. Aunque en un principio decidí no subirlo a las redes sociales, cuando al día siguiente volví a ver que seguían los comportamientos incívicos me animé a hacerlo. No esperaba que tuviese tanta repercusión», asegura. Más de de veinte mil usuarios de Facebook han compartido el vídeo en menos de 24 horas, además cuenta con miles de comentarios y reacciones, «en su mayoría positivas», según la protagonista.

La mallorquina, que trabaja como wedding planner, considera que la repercusión del macrobrote «afectará negativamente» a Baleares de cara a este verano. «Se está dando una mala imagen de Mallorca que no se corresponde con la realidad, puede que este tipo de turismo no nos interese pero con sus actos hacen que el que sí nos interesa al final decida no venir», lamenta. Y recuerda algo que todos deberíamos tener presente: «es cuestión de responsabilidad».