Aina Vidal, junto al farolillo que transporta la ‘flama de la llengua’. | Jaume Morey

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Aina Vidal (Son Ferriol, 1996) es graduada en Ciencias Políticas. La asamblea de la Obra Cultural Balear aprobó la semana pasada su nombramiento como nueva coordinadora de la entidad en sustitución de Tomeu Martí.

¿Qué carácter pretende dar a su ‘mandato’ como coordinadora?

—Sobre todo quisiera rejuvenecer la Obra Cultural. Darle otra perspectiva y acercarla a personas que quizás no la conocen.

Ciertamente, da la impresión de que las bases tienen una edad digamos que avanzada.

—Sí, la edad media de los socios debe estar en torno a los 50 y pico o los 60 años. Es evidente que necesitamos una renovación. ¿Qué haremos dentro de 10 o 20 años, si de los 4.000 socios que tenemos ahora nos quedamos con solo 1.500? Queremos acercarnos a los jóvenes, especialmente ahora, que la cultura ha vuelto a salir mal parada de la crisis de la pandemia. Es el momento de reconstruir todo, también los consensos alrededor de la lengua que se rompieron durante el mandato de José Ramón Bauzá. Los jóvenes son el futuro y deben entenderlo.

Concrete cómo cree que pueden atraer a los jóvenes.

—La Obra –y Tomeu Martí– han intentado llegar a ellos, pero debemos insistir todavía más. No podemos esperar que vengan: debemos ir nosotros. Y hay que ir a los barrios de Palma salir de la zona de confort y plantarnos en Son Cladera, pongamos, y no solo en Manacor. Es algo que aun no se ha hecho y que está pendiente. Es evidente que la OCB ha fallado en algo respecto a los jóvenes. Tenemos que saber qué les interesa y dárselo.

Hablando de jóvenes, ¿no tiene la sensación de que de los nacidos en hogares catalanoparlantes ceden o renuncian de cada vez más a su lengua?

—Esto pasa en Mallorca y en los demás sitios. Es el problema de la sustitución lingüística, que es lo que comporta el bilingüismo. Es uno de los aspectos que tenemos que trabajar. Existe la tendencia de que un grupo de jóvenes catalanoparlantes se cambie al castellano si uno de ellos habla en esa lengua. Hay que explicar que uno ni es un maleducado ni pasa absolutamente nada si se mantiene en catalán. Hay que recuperar esta actitud.

Usted se hará cargo de la Xarxa Territorial de la OCB, presente en muchos pueblos y una de las armas de la Obra Cultural Balear.

—La Xarxa Territorial se compone de las delegaciones directas de la OCB y de entidades y asociaciones culturales que no son de la OCB pero que sí son nuestro interlocutor en estas localidades. Estamos en unos 40 municipios. Ahora estamos tratando de montar delegaciones donde no las hay.

La izquierda lleva ya seis años gobernando desde el Govern, el Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma. ¿Qué balance hace?

—Muy mejorable. En cultura se han dejado de lado muchísimas cosas. En el tema de las ayudas a la OCB, son muy pocas. Para la campaña ‘Comença amb un Bon dia’, que cuenta con una subvención del Consell, nos han asignado solo 9.000 euros, que no da para ninguna campaña... Creo que no se ha hecho una apuesta clara ni por la cultura ni por el país. Y cuanto a lengua, nos quejamos de que hay gente que quiera aprender catalán y no se pueda apuntar a un curso por falta de plazas. Ha faltado una apuesta valiente y clara.

La Obra Cultural anima a denunciar las agresiones lingüísticas que sufren los catalanoparlantes. Esta campaña parece que sí ha surgido efecto.

—Y además el Govern ha puesto en marcha la Oficina de Defensa dels Drets Lingüístics, que sin duda es un éxito que celebramos. Creo que la OCB ha jugado un papel clave en ello, porque hemos presionado mucho, también a través del dBalears o con la puesta marcha de la Bústia de la OCB, que ha recibido y difundido numerosas denuncias de este tipo.

«Somos partidarios de la amnistía»

La noticia de la semana es sin duda la liberación de los políticos catalanes independentistas. Aina Vidal adopta el posicionamiento de la OCB: «Somos más partidarios de la amnistía que de los indultos. Esta solución solo sirve a los nueve políticos encarcelados, pero no a los exiliados ni a los más de 3.000 encausados ni al conflicto en sí».