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La noche más mágica del año ha vuelto a ser más atípica por segundo año consecutivo. A las 19 horas de este miércoles las playas de Mallorca quedaron cerradas a los bañistas. Esta noche de San Juan, saltar las siete olas en el mar a medianoche no ha sido posible.

La Policía Local, junto con la Policía Nacional, blindó todos arenales a última hora de la tarde para evitar aglomeraciones y fiestas en una víspera tan señalada. Las primeras playas en clausurar fueron las de Palma, una hora más tarde hicieron lo mismo las del resto de municipios de la Part Forana.

Policías locales, en la playa del Portixol. Foto: J. Morey

El desalojo de los bañitas se llevó a cabo sin incidentes en la totalidad de las playas. Cuando faltaban pocos minutos para la hora, los agentes avisaron a los pocos despistados que quedaban en la arena que debían abandonar la zona. Además, los agentes desplegaron señalética por los paseos y han vallado los accesos para mantener la seguridad durante la noche festiva.

Momento del cierre de la playa de Camp de Mar. Foto: Michel's
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Con esta medida, el objetivo de las autoridades era evitar aglomeraciones que pudiesen favorecer la transmisión de los contagios de coronavirus. Por este motivo, durante toda la noche ha habido un dispositivo policial que se ha encargado de vigilar los arenales y las zonas en las que suelen producirse fiestas y botellones, como pueden ser los polígonos.

Cala Major, totalmente vacía.

Tras la hora de cierre, los paseos marítimos y restaurantes de las zonas costeras aumentaron su afluencia de gente, sin llegar a producirse aglomeraciones. Muchas personas optaron por hacer una reserva en algún restaurante de la zona y aprovechar así esta atípica víspera de San Juan. Otros se decantaron por organizar una velada en petit comité en casa y, por si acaso, no faltar a los rituales de la suerte.

Las playas han vuelto a abrirse este jueves a las seis de la mañana con total normalidad.