Antonio Pol Bibiloni.

TW
2

Su historia empezó como la de otros tantos pioneros en la Mallorca de la posguerra: tuvo una idea y decidió ponerla en práctica antes de que se le ocurriera a otra persona.

Antonio Pol Bibiloni, el fundador de la empresa de Grúas Pol –que murió el miércoles a los 92 años– había nacido en Binissalem. Quiso dedicarse a la Abogacía pero no pudo ser.

Era el año 1942 y se fijó en que la mayoría de materiales, desde sacos de harina a sacos de cemento, se llevaban de un lado a otro en carros tirados por burros. Y decidió hacerse con un camión. En realidad, y según han oído contar sus familiares y quienes ahora llevan la empresa Grúas Pol, él mismo se construyó el camión: con piezas en desuso de vehículos utilizados durante la guerra. Se iba al puerto, esperaba la llegada de los barcos que traían cemento (pero también frutas y cualquier otro material) y de allí los llevaba a su destino. Y llegaba antes que los carros.

Debió irle bien el negocio pues lo que empezó como labor unipersonal se convirtió luego en una actuación colectiva formada por tres vehículos y gente que fue contratando. Su lema, explica una de sus hijas, era «comprar la maquinaria que otros tienen» El tiempo pasó y la empresa se convirtió en una flota de vehículos grúa que, actualmente, tiene su sede en el polígono de Son Castelló de Palma. Fue el primero en visualizar esa idea: la de camión grúa y, también, el primero en introducir trailers muelle para transportes especiales, también los de grúas para montar grúas.