Así se encontraba Magaluf la mañana de este jueves. | Jaume Morey

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Duro golpe para el turismo en Baleares. Las perspectivas para esta temporada se vuelven hoy un poco más pesimistas. En Magaluf, el epicentro de los viajeros británicos, se respira desolación e incertidumbre después de conocer la noticia de que el Reino Unido deja de nuevo a Baleares fuera de su lista verde.

La lista de países no se volverá a actualizar hasta dentro de un mes, lo que supone un retraso del inicio de la temporada de verano en la zona. Y mientras tanto, Punta Ballena sobrevive con sus puertas cerradas al cien por cien. Magaluf, meca del desenfreno británico, se ha convertido en un desierto. El hecho de España siga en ámbar en el semáforo implica que cualquier británico que visite el país deba pasar una cuarentena de 10 días a su regreso y hacerse dos PCR.

La mayoría de los hoteles siguen con las puertas cerradas y los souvenirs y restaurantes bajo mínimos. La postura del Reino Unido supone un duro duro golpe para el sector turístico balear y español, ya que en el caso de Baleares se trata del segundo mercado emisor y muchos hoteles estaban pendientes de la llegada de los británicos para reabrir los establecimientos. El único ingreso que tienen para seguir adelante es el de los pocos residentes que pasean por la zona y los turistas nacionales. Magaluf teme a otro verano como el de 2020.

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El tercer mayor turoperador británico, On the Beach, reveló hace unos días que no venderá viajes a las islas hasta septiembre. Por otra parte, el Gobierno de Boris Jonhson intenta volver a incentivar el turismo de interior entre sus compatriotas. El verano pasado miles de ingleses pasaron sus vacaciones en las playas de Bournemouth, Norfolk, Exmouth y Southsea.

La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha asegurado este jueves tras conocerse la noticia que «Reino Unido está tomando decisiones en la línea de volver a restringir ante el repunte de casos que están viviendo» y ha defendido que «hemos trabajado intensamente con la embajada y con Exteriores para que se abra a Baleares dada su baja incidencia». Aún así, el Ejecutivo se ha mostrado optimista y ha asegurado que «es una decisión sanitaria» y que «más pronto que tarde podrán abrir».

Pese al revés de Reino Unido, la presidenta del Govern ha pronosticado que «la temporada llega fuerte y permitirá recuperar miles de empleos» y que este será «un verano de recuperación». Más optimismo se respira en otras zonas de Mallorca, como puede ser la Playa de Palma, entre los datos que ha ofrecido el Ejecutivo este jueves, señalan que las islas están absorbiendo en estos momentos el 60 por ciento del turismo alemán y que en las próximas semanas ya habrá una conectividad con las islas «similar a 2019».

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