El crucero, en la bahías de Palma, junto a una patrulla de la Guardia Civil. | Teresa Ayuga

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Este lunes el crucero Odyssey of the Seas ha realizado una breve parada en la bahía de Palma para desembarcar a cinco personas que durante la travesía (de Roma a Miami) han dado positivo en los controles COVID-19. ¿Por qué ha recalado en Palma? El crucero, que se encuentra en travesía por aguas internacionales, ha solicitado a España, a través de Sanidad Exterior, una parada en puerto cercano para poder atender a los cinco tripulantes afectados, que son asintomáticos y han estado aislados del resto del pasaje en el interior de sus camarotes.

El buque no tenía prevista ninguna parada en el puerto de Palma pero ha solicitado ayuda y asesoramiento el Gobierno, siguiendo con los protocolos de navegación internacional.

Los afectados, una vez se autorice el desembarco por parte de Sanidad Exterior, será trasladados a una clínica privada de Palma, según han confirmado desde Delegación de Gobierno, y allí cumplirán con la cuarentena.

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Siguiendo con las normas previstas en estos casos, la compañía realizará una encuesta epidemiológica a bordo del crucero, que continuará, en principio, con su ruta y ya ha abandonado Palma. No obstante, será el armador del buque quien decide si se debe continuar con la travesía.

Desde Salut Pública del Govern, han recordado que el protocolo sobre cómo actuar en estos casos lo marca Sanidad Exterior, ya que es un barco que se encuentra en aguas internacionales. Así ha recordado que Salut da asistencia sanitaria a quién la necesite, como con cualquier otra patología.

En Palma ya hay un precedentes de una infección de COVID-19 en una embarcación. El pasado mes de septiembre, un miembro de la tripulación de un yate de lujo de la familia real catarí, que se encontraba amarrado en Palma, dio positivo en un test. Toda la tripulación, bajo el asesoramiento de Sanidad Exterior, se mantuvo aislada y se les sometió a test para comprobar si se habían producido más contagios.