José Hila posa en lo más alto del Ajuntament de Palma, con una increíble vista a su espalda de la ciudad que dirige. | Jaume Morey

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José Hila (Palma, 1972) asume las críticas a su gestión con la conciencia tranquila de quien ha sido reelegido. La pandemia, asegura, no está impidiendo cumplir con lo prometido.

Estamos a mitad de mandato y, pese a la pandemia, cuesta recordar qué proyectos se han finalizado.

—Pues la lista de obras que están en marcha es de varios folios, en diversas áreas como deportes, cultura, infraestructuras, educación, Emaya o en vivienda, por ejemplo, con ocho promociones de vivienda pública en marcha, y habrá 11 al acabar el año. Lo que hemos hecho ha sido gobernar una pandemia mundial, que hacía 100 años que no se producía, y al mismo tiempo seguir mejorando los servicios y poniendo en marcha las obras.

A la construcción de vivienda se llega tarde, cuando la emergencia habitacional ya es un hecho...

—El problema es que nos encontramos la rueda parada absolutamente, la vivienda se olvidó de las políticas públicas y los solares se vendían para hoteles. Tuvimos que volver a poner en marcha la rueda, y ahora recogemos los frutos.

El proyecto de la calle Nuredduna estaba llamado a ser emblemático pero ahora parece un caramelo envenenado con tanta oposición...

—Como en Blanquerna. Yo he vivido los dos procesos y el camino es idéntico. Sabemos que peatonalizar calles en esta ciudad supone todo esto y hay que ser valientes porque lo más cómodo es no hacerlo. Entiendo que haya gente a la que no le guste pero yo me comprometí en campaña a hacerlo.

¿Dada la situación actual no cree que el ciudadano habría entendido que se aplazara y se destinasen estos tres millones a dar más ayudas?

—No ha faltado dinero para ayudas, hemos encontrado todo el dinero para dar todas las ayudas que han hecho falta este año, hemos dado más ayudas que nunca. Acepto comparaciones con las que se dieron en la anterior crisis.

¿Considera que ningún colectivo se ha quedado sin ayudas?

—No por el dinero de Nuredduna, este proyecto se realiza por la vía del endeudamiento y Cort solo se puede endeudar para invertir.

Muchos proyectos están encontrando la oposición vecinal, el último el de la carretera de Esporles...

—Eso es gobernar; se sabe que cuando se quiere cambiar una ciudad va a haber una resistencia, pero los ciudadanos nos eligieron porque sabían que la queríamos cambiar, si no, no hubiéramos repetido está segunda legislatura. Los compromisos hay que cumplirlos, aunque sepas que te van a criticar, pero si no eres valiente, tampoco consigues cambiar nunca nada. En Establiments, en concreto, somos el primer ayuntamiento que pone un proyecto sobre la mesa. El interés general pasa por que esta carretera se convierta en una calle con aceras y luego está el interés particular de algunas personas. Pero les dijimos que si este proyecto al final no sale adelante que nos presenten un alternativa que será valorada por los técnicos para ver si es posible.

¿Por qué el proyecto del canódromo lleva dos años de retraso?

—Hoy en día todo se ha llevado al extremo del control y no puedo obligar a que se recepciona una obra que los informes dicen que aún tiene cosas por resolver. Me dicen que podría inaugurarse en junio, pero yo no me atrevo a dar una fecha.

Hay una crítica recurrente de particulares y asociaciones de que este Ayuntamiento no escucha, ¿se están equivocando en algo?

—Nos equivocamos en cosas, claro, pero somos un ayuntamiento que escuchamos bastante, yo soy un alcalde de calle. Insisto en que si no, no estaríamos gobernando una segunda legislatura, me remito a los hechos, que son muy cabezotas. Nosotros escuchamos pero también cuando nos comprometemos a algo lo hacemos, si dejas de hacer los proyectos porque hay críticas nunca se haría nada. Gobernar es tomar decisiones.

La defensora de la Ciudadanía es la primera que ha suspendido la política de participación del Pacte...

—Pero tenemos defensora, esa es la diferencia con anteriores gobiernos. Y tenemos espacios de encuentro con las asociaciones en los que sabemos que nos van a criticar, otros gobiernos los eliminaron y el alcalde no salía del despacho.

¿Era necesario gastarse miles de euros en un contador de árboles o en un vídeo sobre Nuredduna?

—Yo soy muy dado a rendir cuentas del trabajo, no a esconderlo y las cosas que se hacen se tienen que contar y te tienes que exponer a las críticas que haga falta. El contador de árboles es mostrar el compromiso de Cort con la sostenibilidad.

¿La polémica por los cambios de calles con origen franquista es, por ahora, el peor trago del mandato?

—Con temas de memoria histórica desgraciadamente siempre me pasa, siempre se encuentra mucha resistencia y mucha beligerancia. Son temas que golpean el estómago de mucha gente y que atacan de una manera a veces un poco innecesaria, pero se tienen que afrontar. Si buscas la comodidad no te hagas alcalde de Palma.

¿Se sintió solo al asumir el error sin nadie que diera un paso al frente?

—Yo soy el alcalde, sé que es mi papel y cuando me equivoco lo tengo que reconocer; lo que no voy a hacer son huidas hacia delante o negarlo. ¿Que el error es de muchas otras personas también?, desde luego, pero yo lo asumo como responsable último.

¿Tiene algún futuro la reclamación de Més sobre la devolución a la ciudad de la casa de Emili Darder?

—El PSOE también ha hecho esta reclamación. Yo creo que algún día este tema se resolverá, está abierto y no veo una oposición de Defensa.

Muchos conductores de coche tiene la sensación de haber perdido la partida ante patinetes y bicis...

—La ciudad se tiene que compartir, las urbes tal y como las conocimos en el siglo XX son insostenibles en el siglo XXI y las nuevas generaciones tampoco quieren que sean así. Las ciudades son de los espacios más insostenibles que existen.

¿Hay alguna negociación en marcha sobre las instalaciones militares de es Fortí?

—Al margen de contactos esporádicos no hay una mesa de negociación abierta sobre este tema.

¿Se pensó en los trabajadores de las gasolineras que deben cerrar?

—El tema es que se les acabaron las concesiones y había que poner orden, pero aún siguen prestando servicio. Precisamente, pensando en los trabajadores se les ha permitido que sigan abiertas hasta que se resuelvan las alegaciones.

¿Si de usted depende volverá a ser el candidato del PSOE a la Alcaldía?

—Si de mi depende, sí.

Aina Calvo nunca cerró las puertas a una posible vuelta a Cort...

—Aina Calvo es una persona importante para el partido, pero creo todo el mundo reconoce los liderazgos actuales del PSOE.