Una breve exposición solar es la mejor fuente de Vitamina D para el organismo. | Archivo

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Puede que siempre haya habido un alto déficit de la vitamina D entre la población general pero hasta ahora no se sabía porque no se hacía una búsqueda activa. Sin embargo, «como somos conscientes de haber estado más tiempo encerrados se están haciendo más determinaciones en las analíticas», explica la especialista en Endocrinología, Nutrición y Metabolismo del Hospital Son Llàtzer, Josefina Olivares. Y como quien busca encuentra, se puede decir que la pandemia ha destapado un importante déficit de una vitamina relevante para el funcionamiento óseo, entre otras muchas cosas.

Según la estimación realizada por clínica de fertilidad Fertilab Barcelona, el incremento a nivel mundial puede subir del 50 % entre las personas de 18 a 60 años, hasta el 80 %.

El déficit de vitamina D es multifactorial. «La principal causa es la falta de exposición solar pero también depende del tipo de piel, las más oscuras no la dejan penetrar bien; o de factores estacionales, no es lo mismo el verano que el invierno; además está la latitud», explica la doctora Olivares. Y es que esta falta, en países como España, llama particularmente la atención. «Ahora estamos más pendientes, nos preocupamos más de sus niveles porque también nos protegemos más por los efectos dañinos del sol», recuerda esta experta.

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Cinco minutos

«Con poner un brazo al sol, en horas que no son de máxima exposición y a los cinco minutos, cuando te empiezas a quemar un poco, lo retiras, ya has hecho la cantidad suficiente». Olivares reconoce que ésta «es una pauta de ir por casa», ya que depende también de los niveles plasmáticos y de la de ingestos. Alimentos como la mantequilla, las vísceras como el hígado, pescado azul y huevos también ayudan.

Y es que un déficit de vitamina D tiene su principal efecto sobre el hueso. «En niños produce raquitismo y en adultos está ligado a ostomalacia, fijan menos el calcio y hace que los huesos sean más débiles». Si bien no hay una recomendación en la población general, sí conviene que se controlen las mujeres menopaúsicas, ancianos y personas con factores de riesgo.

Salvo en estos casos bajo supervisión, «las vitaminas se deben tomar cuando hay un déficit, ya que tomarlas sin necesidad puede llevar a la toxicidad», advierte la doctora que recuerda que ha habido más demanda cuando se relacionó con un efecto protector contra la COVID-19.

Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, los valores normales de concentración de vitamina D en sangre se sitúan entre 30 y 50 ng/ml. Por encima de esto, la Vitamina D haría que creciera el nivel de calcio en la sangre, y podría «generar piedras en los riñones».