La decisión del TSJB de prolongar el estado de alarma ha salido adelante de nuevo por un margen estrecho de tres votos a favor y dos en contra. | Pere Bota

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«La libertad es un derecho sagrado que la Constitución proclama como valor superior del ordenamiento jurídico, que no la vida. Ducho de otra forma, una vida sin libertad, no es vida». Las dos magistradas discrepantes del TSJIB, contrarias al toque de queda en Baleares, ha firman un voto particular especialmente contundente. Las juezas Carmen Frígola y Esther Ortuño afirman que las medidas propuestas por el Govern «no superan el examen de proporcionalidad». Añaden: «La actuación de la Administración responde a un modus operandi reiterado y previsible que opta por una solución radical, propia de momentos de extrema gravedad y evita buscar soluciones que pudieran ser igualmente operativas, acaso no tan cómodas de aplicar, pero mucho más conciliables con el resto de derechos fundamentales».

Las magistradas señalan que los datos demuestran que la evolución de la pandemia en Baleares es buena y que, por tanto «habiendo mejorado notabilísamente la situación en este territorio, resulta llamativo aplicar las mismas medidas operativas durante el estado de alarma». Respecto al toque de queda son especialmente críticas: «Es cierto que es necesario seguir unas pautas de prudencia. Pero ese celo no pasa por prohibir a todos los ciudadanos y en todo el territorio balear, aquello que jóvenes y adultos responsables, libres y solidarios que con su esfuerzo han contribuido decisivamente a mejorar la crisis sanitario, tienen derecho a disfrutar en el ejercicio pacífico de sus derechos constitucionales». Consideran «inadmisible» que para evitar conductas incívicas se adopten medidas que coartan las libertades de todos. «Tales conductas pueden y deben ser perseguidas por la administración con la autoridad que le ley le otorga».

También rechazan las limitaciones a la entrada de ciudadanos españoles porque consideran que son desproporcionadas y que se imponen requisitos que no se aplican a nacionales de otros países que no tienen que justificar los motivos de su entrada en Baleares. Del mismo modo rechazan los límites a reuniones en interiores a seis personas entienden que no se justifica porqué un número tan limitado.