Baleares sigue manteniendo restricciones, como el toque de queda, pese al fin del estado de alarma. | M. À. Cañellas

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El fin del estado de alarma en España ha dado lugar a imágenes de desenfreno, en las que se ha podido observar a numerosas personas sin mascarillas y sin cumplir las medidas de seguridad para frenar los contagios de COVID-19. Cabe precisar que Baleares es la comunidad con más restricciones, pese a ser la segunda con menor incidencia, y mantiene medidas como el toque de queda. Sin embargo, existe el temor de que haya una mayor relajación social.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha asegurado que el virus sigue y que no sabe lo que podemos esperar de la evolución en la pandemia en los próximos días. Ante este panorama, cabe plantearse si nos encaminamos hacia una quita ola.

El experto en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, sostiene que «a Baleares, en la situación en la que está, la veo lejos de una quinta ola». Este sentido, destaca que las Islas «tienden más hacia un COVID cero que hacia un nuevo gran brote».

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Sin embargo, advierte que «no debemos olvidar que los coronavirus mutan y que las mutaciones son uno de los enemigos en esta pandemia».

March explica que «estamos viendo una importante reducción de los casos de COVID graves en residencias y en personas mayores y un descenso de la edad en las personas hospitalizadas. Y además, los estudios nos dicen que, aunque las personas vacunadas se infectan, si se infectan, en una proporción mucho menor que los no vacunados .

El experto en Salud Pública y Medicina Preventiva advierte que «no debemos bajar la guardia ni perder el miedo a la pandemia, ya que el miedo nos mantiene alerta y nos defiende a nosotros y a los demás». Aunque es partidario de disfrutar del fin del estado de alarma, reclama «prudencia y buen quehacer». A su modo de ver, «lo necesitamos para no caer en una quinta ola que nos podría poner de nuevo al sistema sanitario en una situación no querida».

Para concluir reclama a «más didáctica, mejor comunicación, más participación y mejor educación para un verano mejor en Baleares sin quinta ola».