María José Sastre representa a cerca de 6.900 profesionales. | P. Pellicer

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Este miércoles es 12 de mayo: Día Internacional de la Enfermera y el Enfermero y no de la Enfermería, ya que «hace referencia a los profesionales, no a su disciplina», aclara la presidenta del Col·legi d'Infermeria de Balears, María José Sastre (Palma, 1971). Su voz representa a las cerca de 6.900 profesionales de las Islas, de las que un 82 % son mujeres. Su labor principal siempre ha sido tan modesta y silenciosa como imprescindible: prevenir, curar y cuidar.

Se enfrentaron a una pandemia con una ratio de 5,5 enfermeras por 1.000 habitantes, 0,3 puntos menos que la media española y lejos de las 10,24 de media de los países de la OCDE. Tras más de un año no duda en afirmar que «las enfermeras han sido un referente en esta crisis» y señala con orgullo que «se ha visibilizado mucho nuestro trabajo», aunque de forma parcial. Más allá de la UCI, las vacunas o el rastreo, reivindica el «gran trabajo en gestión que han liderado las enfermeras, a las que se dedican a la investigación o a las docentes».

Esta profesional reconoce que la crisis sanitaria «lo ha cambiado todo» aunque lo más importante ha sido «la manera de relacionarnos con los pacientes», explica. «Es complicado ir a un domicilio y no poder tocar a la persona. Se han dejado de hacer cosas importantes que en ese momento no eran prioritarias».

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Ahora afirma que el sistema sanitario se recupera y ve, no sin cierta emoción, como la presencialidad vuelve a cobrar protagonismo en Primaria, la gerencia a la que pertenece. Reconoce que la accesibilidad a los centros de salud ha cambiando pero defiende que «siempre que el profesional lo cree necesario recomienda al paciente acudir al centro». Pese a todo: «mucha gente ha dejado de ser diagnosticada o se le retrasan las cirugías, y tendrá consecuencias».

Sastre defiende que las enfermeras «han liderado un cambio importantísimo en poco tiempo y con información cambiante a diario» y todo esto «con condiciones laborales precarias y muchas dificultades como fue la falta de material y de personal». La presidenta del COIBA señala que «estamos invirtiendo dinero público en la formación de profesionales que luego se van», una de las reivindicaciones del día mundial de este año.

«No cuidar a los que cuidan es una gran debilidad» señala como fallo de un sistema «más centrado en la patología que en la prevención y en la educación para la salud». A las autoridades les pide que inviertan en salud pública y en Atención Primaria. «Hace 20 años que espero la revolución».