María Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, durante una entrevista con este diario. | Pere Bota

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Tras la decisión tomada este viernes por el Gobierno Británico de no situar a España en la categoría verde del sistema de semáforo COVID que regirá la apertura de viajes al extranjero, ni lograr un trato diferenciado para Baleares, María Frontera, presidenta de la patronal hotelera FEHM, no ocultó su decepción. «Esta decisión supone un nuevo palo en la rueda que perjudica considerablemente a toda la cadena de valor turística nacional», aseguró.

En opinión de Frontera, esta decisión implica «más incertidumbre para las empresas, que se ven incapaces de planificar una hoja de ruta. Y nos aleja considerablemente de las posibilidades de recuperación respecto a otros destinos competidores que adelantan posiciones y disponen de más margen para ganar cuota de mercado».

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La presidenta de la patronal destacó que «el sector hotelero ha sabido estar y está a la altura de las circunstancias, pero lógicamente la decisión de este viernes supondrá una ralentización del progresivo ritmo de las aperturas en una situación sumamente complicada derivada de la pandemia en la que otros factores no han acompañado, tal y como nos hemos cansado de insistir, y me refiero claramente a la vacunación».

Frontera ha destacado que «tras mucho esfuerzo, en estos momentos el 18,86% (156 establecimientos) de la planta hotelera -lo que equivale a un 15,50 % de las plazas- ya está operativa y lista para recibir a los clientes con las máximas garantías y medidas de control higiénico-sanitarias sin perder el confort».